Constanza y un sinvergüenza bellaco conocido como Johnny
Cuando en Constanza eran contados los que estaban dispuestos a dar la cara para defender la dignidad de las mujeres constanceras, tuve que subir al Monte Sacro de mi pueblo y en un programa de televisión -sin antes de ser advertido que me podían caer a plomazos- fui junto a tres comunicadores del Municipio y dije lo que tenía que decir del sinvergüenza bellaco conocido como Johnny.
Ahí se habían vendido hasta los mamandos. A ciertos familiares de las abusadas les dieron dinero para comprar su silencio. Constanza que es un pueblo por donde no se pasa, sino que se llega, es una comunidad que es familiar desde tiempos ha, compuesta por gente noble y humilde, trabajadora y buena que tiene sus problemas como toda otra comunidad civilizada.
Pero escuchar de varios miembros de la feligresía católica de que esas jovencitas abusadas por años por el padre Johnny lo que tenían era el sello de chapiadoras y prostitutas, de mujerzuelas y atrapapesos, ese fue el colmo. Los hombres que parece que no nacieron con testículos echaron para atrás y esas jovencitas a pesar que las autoridades en Constanza le hicieron el caso de los mudos de la esquina de los billeteros, mantuvieron su frente y dignidad en alto.
El abogado Portes puso sus buenos oficios a favor de las jovencitas y con guardaespaldas tuvo que flanquearse el paso ante los defensores de un violador que eran los mismos que mantenían la pachanga en la parroquia donde el satánico hombre ejercía su supuesto ministerio. A las audiencias iban poco familiares de las jovencitas, pero estaban también los sicarios del honor; falsos abogados sin títulos que venían ejerciendo el oficio y engañando gente desde tiempos ha, pasándose como letrados cuando eran a la larga unos extorsionadores.
Otros comunicadores no se atrevieron a decir ni ji en el proceso del cura charlatán. Se metieron la lengua donde menos le cabía y lo que salía de ella era un hedor a cobre. Muchas de las jovencitas tuvieron que abandonar el pueblo de Constanza y refugiarse en otras ciudades por el acoso contante de los falsos católicos que componen la comarca entre ellos familiares de las víctimas.
LA DESVIACION
El charlatán del padre nunca ha sufrido de epilepsia ni de enuresis ni mucho menos de esquizofrenia. Pero según los testimonios les enseñaba el Príapo a las jovencitas y se masturbaba sufriendo sí de la desviación sexual del exhibicionismo, porque sentía irresistiblemente el impulso de exhibir su órgano, y no es un órgano de iglesia gótica, sino su pene.
El exhibicionista puede mostrarlo en público, en un parque, en una calle o desde un campanario a altas horas de la noche. Los patrones básicos de ese tipo de personalidad subyacente en el exhibicionista suelen ser la impotencia, inferioridad e inseguridad. Sintiéndose constreñido a su capacidad masculina se inclina a enseñar el Príapo en público para que lo tengan en cuenta de que tiene un rabo. Estos individuos sufren de graves desequilibrios psicológicos que pueden ser la causa del exhibicionismo en estos esperpentos sociales.
Lo más grandioso de todo es la falta de espiritualidad aunque tengan sotanas por encima. Estos personajes metidos a católicos apostólicos y romanos sin tener a Cristo como Salvador, están dominados por su antigua naturaleza. No tienen el deseo de vivir una vida moral y combatir fuertes impulsos como el exhibicionismo. Son desajustados sociales y de su personalidad.
El susodicho sacerdote fue expulsado de los hábitos ministeriales de sacerdote por el Vaticano, el prelado de más alta categoría para tomar una decisión de esa envergadura. El ex sacerdote dio a demostrar que aparte de ser un sinvergüenza es un hombre falto de fe. Y usted se preguntará ¿qué es un hombre falto de fe?.
Pues, es la condición de la persona que tiene un aparente deseo de conocer a Dios de modo personal y de obtener paz para su corazón y su mente, pero algo parece impedirle poner su fin en Dios. Puede tener muchas señales externas, como cargos en la iglesia, oración en el altar, y oficiar misa y otros múltiples esfuerzos, pero todo eso deja la persona con una sensación de vaciedad y de ausencia de fe verdadera. Sus plegarias no parecen pasar del cielorraso y la salvación parece siempre fuera de alcance, como un espejismo que se desvanece en la distancia. Este individuo puede hacer un esfuerzo hacia Dios, pero nunca parece logar el contacto vital, especialmente cuando su Dios es desflorar y pervertir menores de edad.
MENTIROSO
El ex sacerdote no sufre de fobias ni de hipocondría. Ni mucho menos de impotencia y frigidez y que a nadie se le vaya a ocurrir que haya sufrido de incesto. Sí sufre de ser mentiroso. En varios programas televisivos y de radio habló mentiras y la mentira se define como decir una falsedad con intención de engaño. Dentro de ese mundo de la mentira hay casi un decálogo de mentiras. La mentira defensiva era la que esgrimía en la radio.
Recuerdo que en una ocasión, cuando se sintió acorralado, dijo que los que habían echado esa bola a correr eran los evangélicos. Una clase corriente de mentira que el ex sacerdote esgrimió en varias ocasiones Ante la posibilidad de lo que se le venía encima, el ex cura echaba mano a la mentira para evitar las consecuencias de su conducta. No pudo evitar su falacia mentirosa, lo echaron como al Iscariote del escenario y cenáculo de Jesucristo. Para vergüenza de muchos, si es que la tienen, y el descaro de otros.
Agradezco a la Denominación Católica al tomar esa decisión sobre la conducta del ex sacerdote. Agradezco de corazón a las jóvenes que se mantuvieron en el más alto de los mástiles defendiendo su dignidad y a todas las mujeres de Constanza que no doblaron sus rodillas ante este Baal que se paseó por territorio sacrosanto como es el de Constanza.
Al doctor Portes, porque se portó a la altura de sus ancestros. A Esmil Hernández, José Aridio Jiménez y a Félix Caraballo por haberse mantenido al tanto de todas las inverecundias del fantoche padrecito que debe gozar sus millones por algún rincón de la República obtenidos en su santo ministerio. Por último, también, agradecemos a aquellos que desde la tribuna pública defendieron a un pérfido como el degenerado de Cevicos que como dijo Monseñor López Rodríguez, mejor conocido como Nico Cintura, «en Cevicos no hay vocación sacerdotal.»
Hoy todo el mundo en las noches cruza por el Campanario de Constanza con un sombrero puesto o con una gorra puesta. Tristemente, así es el caso. De lo contrario quien puede relatar la historia es Guillermito Delgado.
El Monte Sacro del curita de Cevicos era su Pene y así terminó sin pitos y sin flautas, porque si hubiese bajado como subió, hubiese subido como bajó. Dicen que ahora su combo Show se llama: El Monte Sacro.
cafebambu76@gmail.com
JPM
este malnacido, degenerado, y sin conciencia debería de estar en la cárcel por muchos años. que haya sido expulsado de la iglesia no es suficiente, pues remordimiento y arrepentimiento, no tiene. esto quiere decir que seguirá haciendo lo mismo tan pronto tenga la oportunidad.
las religiones son agrupaciones socio politico de hombres manipulando hombres, nelson ned como yo no creo en ninguna religiones, estoy en paz conmigo mismo creo en un dios que es el que me inculco mi madre, que es hacer el bien y solo el bien
todo lo que envuelva creencias cavernarias tambien llamadas religiones o cultos, viene acompanado de suciedad y crimen.