Conexiones entre conflictos internacionales
En la región que conforma Oriente Medio y el Norte de África se ha ido experimentando, podríamos decir, un reacomodo de alianzas y rivalidades, con situaciones locales, las cuales se han mezclado con otras situaciones globales y han ido contribuyendo a la prolongación de algunos conflictos; veamos. Qatar quien goza de enorme liquidez y es el Estado con el producto bruto interno per cápita más alto del planeta, se decidió por impulsar su poder regional y global, respaldando económicamente a quienes se consideraron los ganadores de las revueltas conocidas como la Primavera Árabe, los islamistas de Túnez y la Hermandad Musulmana en Egipto, pero, también envió aviones y tropas para luchar en Libia contra Gadafi y sustituyó a irán, uno de sus grandes adversarios, como principal financista de Hamás en Gaza, buscando ejercerle contrapeso. Es bueno recordar que Qatar es el dueño de Al-Jazeera el medio de comunicación más influyente del mundo árabe. Turquía, en la búsqueda de ejercer mayor peso en la región, se distanció de Irán y Siria y apoyó a la rebelión en este último, ofreciendo su territorio a los desertores y para bases de operaciones de las milicias sirias. En la competencia regional, Turquía también apoya a Hamás en Gaza, y a la Hermandad Musulmana en Egipto. Hamás, el grupo islámico militante que controla la franja de Gaza, surge de la propia Hermandad Musulmana, considerándose a sí misma parte de ella. El liderazgo político de Hamás en el exilio que se había establecido en Damasco, rompió con el presidente sirio Bashar el Assad y pasó a apoyar a la rebelión en ese país, reubicándose en Qatar. Arabia Saudita es uno de los más importantes poderes de Oriente Medio, pese a estar en el mismo frente en contra de Irán y de Bashar el Assad en Siria, presentó diferencias y tensiones con Qatar, llegando a un antagonismo abierto, que culminó con la ruptura de relaciones entre ambos Estados. Una de las causas de este antagonismo se desarrolla en Egipto, y es que tras la caída del presidente Hosni Mubarak, la Hermandad Musulmana fue una de las fuerzas más beneficiada, logrando traducir en votos el respaldo popular que tenia, que significó para el partido islamista ganar las primeras elecciones parlamentarias y posteriormente la presidencia con su candidato Mohammed Morsi. El ejército egipcio, enemigo tradicional de la Hermandad Musulmana, decidió disolver el parlamento de mayoría islamista, no obstante decidió dejar que Morsi gobernara a cambio de ciertas concesiones. Transcurrido un año, el descontento social por el gobierno de Morsi era general y el ejército optó por deponerlo, arrasando con toda la estructura de la Hermandad Musulmana y la declaró organización terrorista e ilegal. De esta forma fue golpeada, la influencia de Qatar y Turquía en Egipto, lo que propició la llegada de recursos de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. En el otro frente tenemos a Irán centro del poder del Islam chiita, que ha construido un amplio círculo de influencia en su zona, pasando por Irak, y por Siria, llegando hasta el Líbano a través de Hezbollah, fundada, armada, entrenada y financiada por Teherán. La Primavera Árabe, generó oportunidades y riesgos para estos actores regionales; Arabia Saudita, Turquía y Qatar (aun peleados) financiaron, armaron y respaldaron a los rebeldes en Siria, mientras que Irán respaldó a Assad, incluso Hezbollah ha combatido al lado de las tropas de Assad en contra de los rebeldes. En medio de esta complejidad, podemos tal vez hablar al día de hoy, de tres frentes en la región de Oriente Medio, los dos primeros dentro del Islam sunita y el tercero en el Islam chiita: Frente 1) Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Egipto; Frente 2) Qatar, Turquía y Hamás; Frente 3) Irán, Siria y Hezbollah. Como si fuera poco, este panorama de por sí ya complejo, se va a complicar más con la presencia de grupos islámicos militantes en la región, específicamente en Irak, Líbano y Siria, siendo uno de los más destacados, el que antes era llamado, Estado Islámico de Irak, luego, que luego pasó a llamarse Estado Islámico de Irak y Siria o ISIS, por sus siglas en inglés y hoy día ha cambiado el nombre a Estado Islámico o simplemente EI. El Estado Islámico o EI, es un grupo sunita islamista, que ha combatido con éxito a Assad en Siria y combate también al gobierno en Irak, se ha enfrentado con la milicia libanesa chiita Hezbollah aliada de Irán, con grupos de rebeldes sirios laicos y con otras milicias islámicas, incluyendo a aquellas que reclaman algún tipo de cercanía con Al Qaeda y con sus victorias está dominando cada vez más territorio. En otra entrega abundaremos sobre EI. Tras las victorias de EI, Teherán está muy preocupada y se encuentra activa ya en el campo de batalla intentando contener su avance, pero, por lo que se observa, el Frente 1 (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Egipto) no les disgusta el crecimiento del poder de este grupo islámico, que se benefició de los fondos saudíes que han llegado para apoyo de los rebeldes en Siria. Como se ve, las interacciones de todos estos factores provocan combinaciones raras, Hamás y Hezbollah, aliados contra Israel, en la guerra civil Siria han combatidos en frentes opuestos. El ejército iraquí y los kurdos rivales tradicionales han decidido unir fuerzas intentando detener el avance de EI. Teherán y Washington enemigos confesos, ahora están hermanados en contra de un enemigo común EI, lo cual es un caso curioso, pues al Washington decidir actuar contra EI, está atacando al enemigo de Bashar el Assad, a quien Washington iba a atacar el pasado año. Con este panorama, es sencillo afirmar que la región de Oriente Medio y el Norte de África es un caos, lo cual lo convierte en un terreno muy difícil para construir la paz, pero será más difícil construirla, si por lo menos, no intentamos entender lo que allí está sucediendo.