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Codia, un gremio secuestrado por los partidos políticos
Por EURIS MENDEZ
A mediados de los años 40, se comienzan a ver los primeros sigilos de lo que más tarde sería nuestro gremio. En Octubre de 1945 es creada la primera organización de profesionales de la ingeniería y la arquitectura en el país, denominada en ese entonces como la Asociación Dominicana de Ingenieros y Arquitectos (ADIA). Esta pequeña asociación agrupaba en ese entonces a todos los ingenieros existentes: civiles, topógrafos, de caminos, puentes, constructores, arquitectos entre otros.
Más tarde, ya en los años 60, se comienzan a dar los pasos con la idea de que dicha asociación ya creada en los años 40 obtenga el rango de un Colegio, como existía ya en otros países de América latina. En ese entonces dicha asociación -ADIA- estaba siendo dirigida por un selecto grupo de profesionales de la ingeniería y la arquitectura comprometidos moralmente desde el inicio mismo de dicha organización con los demás miembros que habían depositado su confianza en dicho grupo fundador.
Ya en 1962 se crearon los estamentos jurídicos, los cuales establecieron y dieron la estructura orgánica y jurídica que le fueron presentadas mas tarde a Rafael Filiberto Bonnelly Fondeur un abogado, académico y diplomático dominicano, que ejerce la presidencia de la República Dominicana en el periodo 1962-1963.
Luego de transcurridos unos meses, de un esfuerzo sobre humano y de ruegos por parte de los fundadores, fue promulgada la Ley de creación del Colegio, por lo cual ya en Enero de 1963 se promulga la ley que crea el Colegio Dominicano de Ingenieros y Arquitectos. Luego a solicitud de los agrimensores se modificó el Artículo Primero de la Ley 6160 promulgando la Ley 6201.
Fíjese el lector que dicho colegio promulgado por una ley, es una institución moral de carácter público, y como tal, tiene personalidad jurídica y patrimonio propio, con todos los derechos, obligaciones, poderes y atribuciones que le señala dicha ley.
Nuestro gremio fue creado con un propósito, el cual es vigilar el ejercicio profesional y velar por los intereses generales de las profesiones que agrupa en su seno y en especial por la dignidad de los derechos y el mejoramiento de sus miembros. Además de servir como guardián del interés público y actor como asesor del Estado en los asuntos de su competencia.
Ahora bien. Ha cumplido el Codia con su rol? Ha velado el Codia por el bienestar de sus miembros? Ha servido el Codia como guardián del interés público? Ha fungido el Codia como asesor del Estado en asuntos de su competencia?
En lo particular creo que no. Nuestro codia fue creado con ideales éticos y morales, pero estos han venido desvaneciéndose con el paso de los años, hoy tenemos un codia carente de conceptos e ideales encaminado más bien por un sendero meramente politiquero, donde sus dirigentes poseen un arraigo político tan profundo que no permite que dicho gremio se manifieste como tal.
Hoy en día nuestro gremio ha perdido la credibilidad ante sus miembros, para esto solo basta con ver la poca ausencia de sus miembros ligados a actividades de este.
Nuestro gremio se encuentra sin lugar a dudas sectorizado no solo por diferentes células de partidos políticos, si no que existen diferentes células de un mismo partido, luchando no para beneficio de todos los colegiados no, si no por el interés particular de los miembros de ese partido.
En días pasados pude ver unas series de carteles foto retratos de los candidatos, tendidos por todas partes, en las instituciones públicas y principalmente en nuestras sedes tanto principal como regionales, lo vemos muy activo en busca de ser el representante de uno u otro núcleo, o de una delegación y hasta de la delegación principal, pero no sabemos cuál es su programa de gobierno, que es lo que piensan implementar cuando hayan resultados ganadores; solo cuentan con un aval, el respaldo político de uno u otro partido de turno o en oposición, así como los recursos económicos para comprar no la dignidad, porque al parecer esta ya no existe entre muchos de sus miembros, si no para comprar “cuotas” que dichos sea de paso cabe resaltar que muchos colegiados esperan esos días eleccionarios para ponerse al día.
La realidad de nuestro gremio es muy triste, ya que el mismo ha sido secuestrado por los partidos políticos y le han inyectado el mismo veneno de las malas prácticas políticas de ofrecer lo que nunca cumplen. Pero es de ser de esa manera, ya que un presidente elegido o puesto por las compras de “cuotas” no puede ejercer en su pleno derecho por el bienestar de sus colegas y miembros si este se debe al partido de turno que gobierna.
Esto ha sido más que demostrado en varias ocasiones, puesto que hemos tenidos presidentes que han defendido y aun defienden practicas no muy horadas por malos funcionarios.
Hemos tenido presidentes que se han encauzado en defender proyectos de ingeniería sin ningún tipo de estudios previos y en hacer creer la factibilidad de un proyecto estatal, cuando en realidad no lo es, y no tanto eso, si no que lo han defendido con uñas y dientes.
Es degradante ver algunas prácticas desleales e inconstitucionales como lo es de exigir estar al día en las cuotas mensuales para poder tener acceso al voto, lo que impide que surjan nuevos candidatos, quizás con mejores propuesta de gobierno, aunque con menos recursos; aparte de que esto consagra uno de los actos más ilegales que atentan contra los principio de dicho gremio.
Nuestro gremio ha perdido la mística, ha caído en el abandono de los principios que dieron origen al mismo, ha dejado de consagrarse con los principios morales con los cuales fue creado, puesto que ha dejado de ser apolítico para pasar a hacer un gremio totalmente politizado, basta solo con ver los carteles foto retratos, estos simbolizan los colores de los partidos políticos ni siquiera lo de dicho gremio. Podemos ver también como hoy en día, cuando surgen denuncias sobre actos de corrupción en la administración pública, las manifestaciones de la alta dirección de nuestro gremio son sencillamente hacer silencio o apegarse a acatar los lineamientos de las autoridades.
En conclusión, considero en lo particular, que nuestro gremio debe retomar los principios de origen, con los cuales fue fundado, consagrarse como un gremio totalmente apolítico, para que de esta manera pueda servir como guardián del interés público, así como también pueda velar por los intereses generales de las profesiones que agrupa en su seno y en especial por la dignidad de los derechos y el mejoramiento de sus miembros.
Mientras esto no suceda, seguiremos sumergidos en un gremio que no velará por nosotros como miembros, sino más bien por los intereses de los partidos que lo narigoneen.