Citando a Juan Bosch, Ciudadano del Mundo

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EL AUTOR es periodista, economista y abogado. Reside en Santo Domingo.

Al iniciar este trabajo citamos una de las tantas frases luminosas que nos ha dejado el talento creador único del maestro y presidente ético y moral de los pueblos de América, profesor Juan Bosch, como evidencia inequívoca de su extraordinaria sabiduría, de su profundidad humanística y su firmeza patriótica cuando dijo que: Nadie se muere de verdad si queda en el mundo quien respete su memoria.

Razones por las que siempre afirmamos que Don Juan Bosch en verdad no ha muerto porque él vive y seguirá viviendo en el corazón de innumerables seres humanos habitando numerosos países, dispersos en todo el planeta Tierra, que admiran y reconocen la reciedumbre de su coherencia moral, patriótica y ética de lo que decía y hacía en su vida pública y privada sin dobleces en dos o tres seres humanos distintos, que sigue iluminando los espíritus sensibles que aspiran, como él, a ver el mundo de los pobres transformado en justicia social, como lo soñó desde su muchachez.

A veces sentimos en nuestras sociedades latinas y de manera muy especial en nuestro país, que estamos en presencia de que las ideas éticas y de principios han pasado de moda, al punto que hasta citar volver a Juan Bosch en el caso nuestro o a cualquiera de nuestros prohombres de la región no se percibe, lamentable y dolorosamente, la acogida y la aceptación, como en otros tiempos no tan distantes para que generaciones formadas por ellos reaccionen de la manera apática e indiferente de como lo exhiben.

Se observa como la formación política, la sensibilidad social y humana del Profesor Juan Bosch se sintetiza desde su niñez demostrada cuando hace referencia a su núcleo familiar de infancia al decir: Nosotros teníamos buena ropa, zapatos, íbamos a la escuela, comíamos bien. Y, en cambio, los niños del pueblo, sobre todo los hijos de los campesinos ¡pobrecitos! Vivían desnudos, viviendo en bohíos con pisos de tierra, tomando agua en higüeros sucios. A mí me preocupaba mucho eso, dolía mucho, me producía dolor, y todavía hoy lo recuerdo con dolor amargura, sostenía el Maestro.

Esto significa, claramente, que Bosch como buen patriota y ejemplo moral supo desde temprana edad distinguir lo más importante de su obra, que no es otra cosa que servir a los demás, comenzando por incidir en la libertad y el patriotismo como punto de partida de la felicidad humana bien entendida, unida a su sensibilidad ética-social, lo que lleva al Maestro asumir el estudio profundo de los procesos sociales para la creación de la conciencia social y política del pueblo dominicano.

Las diferentes cualidades múltiples y esplendorosas de Juan Bosch, que han hecho del Maestro un ser humano especial y excepcional poco común por su sabiduría en la política, en la literatura, en el periodismo, la sociología, en la economía, la historia, etc, que lo ha hecho poseedor de un talento intelectual único, que trazó la ruta con la luz de su saber para que otros aprendieran de su ejemplo en todo el sentido de la palabra. Y qué pena que muchos por miedo a perder beneficios personales y pasajeros tengan castrada su conciencia crítica por temor a dejar de percibir cosas materiales dejando de lado promover estas gratas ideas y enseñanzas del Profesor.

Bosch fue presidente de la República Dominicana (1963), dejando la más profunda impronta estampa indeleble para el desarrollo democrático, social, económico y político del pueblo dominicano. Poseedor de inigualables dotes de autodidacta, fue maestro de sí mismo y del pueblo dominicano, que en la alborada de su inquieta juventud ya anunciaba lo que había de ser su vida, que fue ejemplar y que estuvo regida por un profundo y claro sentido de la dignidad humana. Todo parecería que desde su llegada a este mundo de los mortales estaba destinado a ser grande, a ser lo que fue: un iluminado Maestro.

Como se puede apreciar, la influencia del pensamiento hostosiano impactó grandemente en su vida cuando el mismo expresa: El hecho más importante de mi vida hasta poco antes de cumplir 29 años fue mi encuentro con Eugenio María de Hostos, que tenía entonces 35 años de muerto. Hasta ese momento yo había vivido con una carga agobiante de deseos de ser útil a mi pueblo y a cualquier pueblo, sobre todo si era latinoamericano, pero para ser útil a un pueblo hay que tener condiciones especiales. Y cómo podía saber yo cuales condiciones eran esas, y como se las formaba uno mismo si no las había traído al Mundo, como las usaba si las había traído?. La respuesta a todas esas preguntas, que a menudo me ahogaban en un mar de angustias me la dio Eugenio María de Hostos, sostuvo Bosch.

En estos tiempos convulsos en que vive el mundo las ideas y la figura del profesor Juan Bosch, sin duda alguna, se redimensionan cada día porque su conducta patriótica, ética, moral, honesta y valiente lo justifican como símbolo de la dignidad y la solidaridad humana, y hasta de la resistencia de los anhelos que se sueñan como utopía pero que son posibles y alcanzables que en algún momento de su vida política se le oyó decir al referirse a la responsabilidad social de servir a los demás sin esperar recompensas, que tal compromiso no se asume cabalgando sobre la esperanza de tan solo cosechar aplausos y vítores.

Al leerse la página 13 del su libro El PLD, un Partido Nuevo en América, el expresidente Bosch sostiene » yo no concebí la política al servicio del estómago, sino al de un alto ideal de humanidad». O leer de él los criterios de la actividad política o social de un ser humano cuando dice que la vida como ejercicio de nuestra humanidad solo tiene sentido si se vuelca al servicio del bien común y de la verdad. Pero además sabemos que no enseñó la actividad política como un medio ni un fin para el enriquecimiento personal de nadie, sino el desarrollo y el avance general de todo el pueblo dominicano.

Todos estos criterios de la profundidad de Juan Bosch, como líder y guía del PLD, así por sus grandes dotes en términos generales se estableció el Boschismo, como teoría que oriente la práctica del accionar de esa organización política en todos sus actos, que en honor a la verdad dita mucho de esas ideas y practicas partidarias del maestro versus  el accionar de la mayoría de sus discípulos.

En la página 243 del libro Nueva Visión de la Formación Política, que editara la Secretaria de Formación del PLD leí con alta atención un paisaje de un hecho que dimensiona en mi cada vez más a Juan Bosch a medida que se empequeñecen otros, y es cuando en una reunión del Comité Político Bosch pide la palabra para decir lo siguiente: Como Ustedes saben, yo guardo el dinero en moneda extranjera (dólares) para gastos de excepción y resulta que las remesas que me llegan de España por la publicación de mis libros se han demorado en llegar en esta ocasión, y es el caso que tengo urgencia de comprar unas medicinas y atender otras urgencias y pido, si ustedes están de acuerdo, que me autoricen a título de préstamo a tomar cien dólares de esa cuenta especial, los cuales repondré tan pronto me lleguen mis remesas de España. Y añado yo, que grandeza de honestidad más alta.

De inmediato algunos miembros del Comité Político presentes le plantearon a Bosch que él era el alma del PLD, en beneficio del cual se ha sacrificado concentrando su vida a la lucha política en beneficio de su pueblo, usted puede gastar lo necesario porque no cobra sueldo como presidente de la organización. Y a seguida El Maestro contestó: No señor, yo sé que ustedes tienen confianza en mí y lo dicen de buena fe, pero yo tengo que dar el ejemplo, porque ese dinero no es mío. Y de inmediato abrió un folder y le leyó la relación los haberes en dólares con las fechas de llegadas y los desembolsos para cubrir el pago de algunos pasajes al extranjero y una que otra compra de equipos y demás. Juan Bosch. era más que eso.

Es muy grato leer o haber escuchado de Juan Bosch las ideas de que podemos demostrar que en política no todo se vale que no es cierto que el fin justifica los medios, que podemos ser coherentes entre lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. También, cuando dijo que el amor hace fuerte a los débiles y valientes a los cobardes. El amor obra milagros.

Navegar en las ideas de principio de Juan Bosch en cualquier ámbito es una tarea inagotable de tantas cosas útiles solo propias de lo que él fue en su vida pública, única.  Y por tanto reservada a su paso entre los vivos, aunque sus planteamientos, en gran medida, están en el marco vivido en el país, América Latina y el mundo de la Guerra Fría, en que dos sistemas (socialista y capitalista) se enfrentaban para controlar al planeta no de manera directa, lo que explica lo de la guerra fría, pero no es menos cierto que esos criterios de principios del Profesor Juan Bosch ahora es que revisten la mayor importancia, valor y vigencia en el mundo, y muy en especial en la República Dominicana por la que él dio toda su vida, quedando aún pendiente la tarea de la asignatura que se ha reprobado.

 

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