Cifras monetarias, financieras y fiscales
Cada tres meses las autoridades monetarias, financieras y fiscales de la nación dominicana informan sobre el comportamiento que exhiben las actividades de sus respectivos sectores a través de sus páginas y medios digitales, escritos físicos, radiales y televisados con la finalidad de mantener debidamente informado a los agentes económicos y público en general para que éstos elijan las decisiones que más se ajusten a su accionar de negocio, inversión y financiamiento.
El Banco Central se centra en mantener como objetivo principal la estabilidad de precios por mandato constitucional y de la Ley Monetaria y Financiera No. 183-2, la Superintendencia de Bancos supervisar y regular las actividades de los intermediarios financieros con el propósito de que todo el sistema financiero infunda credibilidad o confianza entre los usuarios de los servicios financieros
Mientras el Ministerio de Hacienda a través de la Dirección General de Presupuesto, la Dirección General de impuestos Internos (DGII), la Dirección de Aduanas (DGA) y la Tesorería Nacional administrar mantener el equilibrio de los ingresos y egresos públicos.
En el primer trimestre del año, enero-marzo 2015, estas instituciones informaron al país conforme su ámbito de acción entre las tres situaciones de bonanza, normalidad y recesión que pueden afectar a un individuo, una familia, una empresa y a un gobierno local o nacional que la decisión de reducir la tasa de política monetaria hasta llevarla hasta 5% fue el resultado de analizar un panorama macroeconómico de bonanza.
Especialmente el balance de riesgos en torno a las proyecciones de inflación, así como la evolución del entorno internacional respecto al país.
Las autoridades monetarias y financieras dominicanas siguen esperando que las actividades económicas reciban un mayor empuje con la decisión de haber bajado cincuenta puntos porcentuales a la tasa de política monetaria sin que se afecte la meta de inflación para el 2015 de 4.0%±1.0%.
Dentro de la supuesta situación de bonanza económica que vive la Republica Dominicana las autoridades informan que la tasa interanual de inflación se colocó en un -0.04%, mientras la inflación acumulada en lo que va de año en -0.09% y la subyacente relacionada con las condiciones monetarias de la economía descendió en un 2.37% interanual.
Las autoridades también informan que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto crecerá para el presente año 2015, 6.5% por debajo a la del año 2014 que fue de 8.1% pero muy por encima del crecimiento de la economía de los Estados Unidos de América que lo hará en este año en un 2.5%, la Zona Euro 1.5% y las economías más grandes de América Latina: Brasil, Argentina y Venezuela en un 0.4%.
En el sistema Financiero, la tasa de crecimiento anual del crédito al sector privado en moneda nacional se colocó alrededor en un 12.0% por debajo a la del año pasado 2014 que fue de un 15.5%.
En lo que respecta a la política fiscal según el Ministerio de Hacienda a través de su Dirección General de Presupuesto la ejecución presupuestaria del primer trimestre presenta un saldo superavitario y se espera que alcance un superávit primario al cierre de 2015, es decir ingresos menos gastos sin incluir los intereses de la deuda.
También las autoridades informan que la balanza de pagos experimentara para fin año un déficit de tan solo un 2.0% del PIB inferior al del año pasado que fue de 3.2% del PIB.
Ante esta lindura que presenta la economía dominicana más la supuesta situación de súper bonanza que presentó el señor presidente en su alocución para justificar porque modificó la constitución para tratar de reelegirse por encima de opiniones en contra se debe colegir que los dominicanos viven en un tremendo paraíso terrenal muy por encima del celestial.
Serían entonces, cuatro años más de corrupción, cuatro años más de inseguridad ciudadana, cuatro años amas de insalubridad, cuatro años más de jueces venales, cuatro años más sin agua potable, cuatro años más sin electricidad, cuatro años más sin pacto eléctrico, cuatro años sin ley de partidos y sin ley electoral.
Pero como lo último que se pierde es la esperanza, el pueblo dominicano tendrá en mayo 2016 dos opciones: el cambio con Luis Abinader a la cabeza o el continuismo Danilista-Peledeista que sería una dosis más de lo mismo y el endiosamiento de un hombre que ya se considera predestinado.