Ceguera del intelecto

imagen
EL AUTOR es escritor. reside en Santo Domingo.

Nuestra visión precaria del futuro convierte a la verdad en una trampa de adivinadores. Luego de llegado a una definitiva y aparente conclusión, nos damos cuenta cuan equivocados estábamos.

   La verdad es un laberinto sin principio ni fin donde abundan más los atajos que las sendas.

   Lo que creíamos cierto ayer, se convierte de buenas a primeras, en precariamente dudoso.

   Es verdad lo que se adapta a mi necesidad perentoria de no posponer un hecho o de alcanzarlo a través del esfuerzo o del ideal que se persigue.

   Es mentira, todo aquello que sea adverso a mis intereses.

    El premio de la inmortalidad, el más añorado por los idealistas, presenta un contrincante que se lo disputa: el olvido, el más abnegado de los enemigos del éxito, el que no cesa en su empeño en borrar del polvo del camino, las huellas de la grandeza.

   Hasta nuestros días, el olvido, el arma más regeneradora del progreso, no falla en su intento por restaurar en un principio, los pasos perdidos del éxito y finalmente, por fulminarlos.

   Así el rey Nabucodonosor y los Jardines Colgantes de Babilonia, son instrumentos de citas, a falta de argumentos, de los que presentan una memoria descomunal sin pensamiento lógico.

   ¿Por qué?

     Porque somos animales superiores que disponemos de una memoria relativa que provoca que nos olvidemos quiénes somos, quiénes fueron nuestras madres, sin el día de su celebración, quiénes fueron nuestros antepasados que no dejaron huellas, quiénes fueron los más relevantes pensadores, como prueba de nuestra ceguera intelectual, de lo ignorado y de lo desconocido.

   ¿ A qué conclusión podríamos llegar?

    Que el acierto y el error se abrazan en el camino del olvido, lo cual provoca el origen de la ceguera del intelecto o de la mentalidad superior.

   El olvido por ser eterno, es la ínica cura universal contra todas las plagas y afecciones.

   El olvido es la cicatriz que sana la herida de las experiencias, el todo y la nada, la puerta donde la vanidad humana deja sus más excecrables recuerdos, la lontananza, la levedad, todo lo atribuido al pájaro eterno del silencio.

jpm

ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios