Casa Blanca: Rusia retirará aviones de Venezuela el viernes
WASHINGTON.- Rusia informó a Estados Unidos que dos de sus bombarderos estratégicos, con capacidad para transportar armas nucleares, abandonarán Venezuela el viernes, anunció el miércoles la Casa Blanca.
La decisión de Moscú pondría fin a un despliegue que enfureció a Washington, y generó preocupación en Colombia y la OEA.
«Hemos hablado con representantes de Rusia y se nos han informado que sus aviones militares que aterrizaron en Venezuela partirán el viernes y regresarán a Rusia», dijo el miércoles la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un correo electrónico a los medios.
El lunes, Rusia y Venezuela anunciaron maniobras militares conjuntas para la eventual defensa del país latinoamericano, cuyo gobierno presidido por Nicolás Maduro, denuncia regularmente intenciones de agresión militar de Estados Unidos, sin presentar pruebas.
Los aviones llegaron a Venezuela después de que la semana pasada el presidente venezolano Nicolás Maduro realizará una visita a Rusia, donde firmó acuerdos de inversión por más de 6.000 millones de dólares, y de un contrato para el mantenimiento y reparación de armamento. Durante la visita, Rusia expresó a Venezuela, a nivel de sus Ministros de Defensa, su interés en continuar utilizando los aeródromos y puertos del país caribeño para sus buques de guerra y aviación militar.
Moscú anunció el lunes que como parte de la flota que participaría en las maniobras militares estaban dos cazabombarderos estratégicos Tupolev Tu-160, con capacidad para llevar armas nucleares: un avión de transporte An-124 y un avión de pasajeros Il-62. El anuncio no especificaba el motivo del desplazamiento, ni el tiempo que permanecerían en territorio venezolano.
El Tu-160, al que la OTAN llama «Black Jack», es el avión de guerra más grande de la historia. Es capaz de portar 12 cohetes de crucero con ojivas nucleares o convencionales y 40 toneladas de bombas.
Estados Unidos respondió el mismo lunes a la información, con el secretario de Estado, Mike Pompeo, calificando los ejercicios como un malgasto de fondos públicos de «dos gobiernos corruptos», y el vocero del Pentágono, coronel Robert Manning, resaltando que «mientras Estados Unidos envió un buque hospital para asistir a unas 200.000 personas enfermas en Sudamérica, Rusia ha enviado bombarderos».
El vocero del presidente ruso Vladimir Putin, Dmitry Perkov, reaccionó llamando «poco diplomáticos» e «inapropiados » los comentarios de Pompeo, y criticó a su vez el cuantioso presupuesto militar de EE.UU., del que dijo «la mitad podría alimentar a toda África».
El canciller venezolano Jorge Arreaza, también condenó las declaraciones de Pompeo como «irrespetuosas» y «cínicas», y apuntó igualmente al cuantioso presupuesto militar estadounidense, comparándolo con los «50 millones de pobres y familias sin acceso a la salud» en Estados Unidos, que en su opinión, podrían «sugerir un destino más justo» para esos fondos.
Como era de esperarse, la oposición criticó el apoyo militar de Rusia al gobierno de Maduro. El diputado y expresidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, aseguró que «ayuda a que la dictadura se mantenga en el poder a través del terror y la intimidación», y sugirió que el respaldo no es gratuito, y que el oficialismo lo paga «entregando las riquezas minerales» del país.
«Acto inamistoso»
El tema de las maniobras militares entre Rusia y Venezuela y los bombarderos, llamados «cisnes blancos» por los pilotos rusos por su capacidad de portar armas nucleares, fue también criticado por el presidente de Colombia, Iván Duque, quien el miércoles calificó los ejercicios como «un acto preocupante, inamistoso e imprudente» con la región, y dijo que «es motivo para estar en alerta».