Buscando tiempo para leer
Buscando el tiempo para leer es una obra literaria del destacado escritor José Rafael Lantigua. Trata de 10 temas sobre los 10 derechos de un posible lector. Esta pequeña obra literaria desde el punto de vista de su volumen pero grande en contenido, me inspiró para escribir este artículo.
Al terminar de leer la obra la encuentre amena, fácil de leer y entender y sobretodo un camino llano a recorrer.
Es una tentación para que un posible lector inicie el camino hacia la lectura.
De lo que trata el autor es de que, el posible lector sepa que aunque sea estudiante, maestro o escritor, leer no es una obligación, es un estrecho camino que él puede recorrer, todo a su manera y saber que a medida que avanza descubre las luces del ser, saber y hacer, en un mundo globalizado, que por cualquier senda que ande va leyendo sin querer y se hace cotidiano siempre leer.
Y a medida que recorre ese camino de la lectura, se hace insaciable por introducirse en mundos distintos, lejanos, imaginarios e imposibles de atravesar sino a través de la lectura; es difícil lograr alcanzarlo en carros, botes, barcos, aviones o helicópteros y tan solo es posible imaginar, entenderlo a través de los libros que te hacen volar por la senda infinita de luces y sombras.
Por lo visto, el autor sabe que todo el mundo lee pero no necesariamente porque halla leído se puede afirmar que leyó lo suficiente para dejar satisfechas las alas del alma y de la imaginación.
Un punto importante es saber que hay personas que no leen porque no saben leer.
La lectura es como el agua para beber, sin ella es imposible vivir y procrear las infinitas caricias, que a través de su ingestión anhega y empapa todo tu ser, dándole vida y haciendo renacer a borbotones nuevos mundos fantásticos de esperanzas.
Desde niño, leer da al cerebro la sabia para alimentar los sentidos, crecer en el mundo de las cosas, aprendiendo el sentido de la vida, así como el gran filósofo Sócrates decía “solo sé que sé nada” la lectura te ofrece de manera gratuita, llenar esa tabla rasa con que definió el filósofo de cómo la gente nace.
Sinceramente, puedo decir que no conozco vivir un mundo sin leer porque entonces podré decir que verdaderamente no sé nada y al no saber nada, se traduce en que no he vivido. La lectura es lo que te abre las grandes interrogaciones de la vida y va desentrañando el gran misterio de la vida.
A través de la lectura hemos viajado imaginariamente a continentes, países; hemos conocidos nuevas culturas, hemos contemplados la belleza de las estrellas, la distancia de la luna, hemos llegados hasta el sol y cuando regresamos por ese viaje traspasando la inmensidad de los libros se asoma incandescente el lucero de la verdad.
Se observa que la necesidad de leer no solo está en los libros, también forma parte de nuestra vida diaria aunque no lo notamos, pues leemos los letreros de las avenidas y calles, autopistas, avisos en las carreteras, en los parques, en los aeropuertos, en el supermercado, en las tiendas, en el cine, en las playas, en las recetas de cocina y medicinas; todos leemos porque la vida cotidiana nos lo impone, pero es bebe mejor si lo disfrutamos.
En el mundo del leer se asoman sin querer las nuevas ideas que te van transformando hacían el entendimiento de la razón de las cosas y te surgen nuevas preguntas porque te has metido en el lago de las ideas, que te dan toda tu felicidad al conocer lo limitado de tu ser, sin leer.
Desde siempre busco tiempo para leer porque en ello sumerjo mi cerebro para alimentar y dar luz a mis ideas. Lea, aunque no está obligado a leer. Si desea comienza aunque sea saltando páginas, dejando capítulos y escogiendo esos que encantan.
of-am
ya cambia ese fondo