Buscando el sentido

Por KATIUSKA SUAREZ DE VARELA 

 

 

Muchas veces vivimos robotizados, simplemente dejándonos llevar por el día a día, por la corriente, y vivimos la vida de otros y no la nuestra. Hacer un alto y darte cuenta que tu vida ha sido manejada por otros, por las circunstancias, por tus padres, por tu pareja, por tu jefe puede generar en ti la pregunta; ¿Quién está al control? 

Mi vida, ¿tiene un sentido?

Si nos vamos al origen, al nacer, somos el único de la especie de seres vivos que depende por más de un año de la madre para todo. Y digo más de un año, para no entrar en los detalles de aquellos padres que cargan toda una vida a sus hijos. Entonces, de alguna manera, nacemos dependientes, y solo con el tiempo, si hemos tenido la dicha de tener unos padres que nos enseñaran a sobrevivir sin ellos, dándonos las herramientas necesarias para vivir una vida lo menos dependiente de ellos y los demás, podríamos asumir el control de nuestra vida y encontrar entonces el sentido de la misma.

 El sentido de tu vida es algo absolutamente personal, solo tú puedes encontrarlo. Y pareciera una epidemia en el mundo, el que las personas no se detengan a encontrarle ese sentido a su vida. Re-descubrir para qué estás vivo, tus pasiones, dones, vocaciones, regalos de Dios o de la vida si así lo quieres.

 Muchos encuentran ese sentido tras una experiencia trágica, o triste; otros nunca lo hacen. Hoy te invito a hacer un alto en tu vida. Tomar un tiempo para preguntarte, sé cuál es el sentido de mi vida? Solo existo o le permito a mis anhelos y pasiones formar parte de mi existir. Validemos nuestra vida, empecemos a ver de manera positiva cada experiencia vivida y a través de ella ir encontrando ese camino, ese sentido.

Lo primero que deberíamos hacer para encontrar ese sentido es abrirnos a la sensibilidad, hacer un cambio de actitud, convertir un anhelo en logro, una tragedia en triunfo. Empezar a quejarnos menos y a ocuparnos más de ser felices. De hacer aquello que nos apasiona, o mejor aun, hacer de aquello que tenemos la obligación de hacer (trabajos, estudios…) una gran pasión.

Hacer de nuestra vida algo divertido, dando el frente con actitud positiva. Entendiendo que lo que no podemos controlar, no nos debe preocupar. Recordar que no somos omnipotentes podría ayudarnos a ser mas humildes y sensibles y a empezar a ver las cosas de una manera distinta, desde el amor.

Buscar ese espacio contigo mismo, donde puedas determinar cuales son aquellas cosas que mas amas, aquellas cosas que despiertan en ti una gran pasión, y buscar la manera de lograr hacerlas. Busca dentro de ti, no te temas, y de esta forma inicia un proceso de cambio que te encamine a la búsqueda del sentido de tu vida.

 Ten claro que esa vida fue regalada a ti, no a tu esposo(a) , jefe, hijos(as), padres; fue regalada a ti para ser vivida por ti de la mejor manera posible. Nadie es responsable por ti, tú y solo tú eres responsable de tu existir. Es hora de asumir responsablemente tu vida, desde el amor y con mucha pasión. Que no te pase como el elefante de este cuento que te comparto a continuación… 

 Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de ellos eran los animales.Me llamaba especialmente la atención el elefante que,como más tarde supe era también el animal preferido de otros niños.Durente la función,la enorme bestia hacía gala de un tamaño,un peso y una fuerza descomunales…Pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario,el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas

Sin embargo,la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo.Y aunque la madera era gruesa y poderosa,me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza,podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

El misterio sigue pareciéndome evidente.
¿Qué lo sujeta entonces?.
¿Por qué no huye?.
Cuando era niño,yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores.Pregunté entonces por el misterio del elefante…Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia:»Si está amaestrado,¿por qué lo encadenan?».
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo,me olvidé del misterio del elefante y la estaca…
Hace algunos años,descubrí que,por suerte para mí,alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

«El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy,muy pequeño».Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca.Estoy seguro de que,en aquel momento el elefantito empujó,tiró y sudó tratando de soltarse.Y,a pesar de sus esfuerzos,no lo consiguió,porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar,y al otro día y al otro…

Hasta que, un  día,un día terrible para su historia,el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa,porque,pobre,cree que no puede.Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.Jamás,jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza. 

Y tu? acaso eres como el elefante?que vas por el mundo atado a cientos de estacas que te restan libertad.

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