Bolivar 184 años después

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EL AUTOR es politologo y profesor universitario. Reside en Santo Domingo

El 24 de julio de 1783, la humanidad recibió a uno de los hombres más extraordinarios de la historia: Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Porte Palacios y Blanco, quien abrazaría la historia universal, sencillamente como Simón Bolívar.
 
A este ilustre americano, le tocó obrar en un contexto histórico totalmente convulsionado, pues  a principios del siglo X1X, todos los países del continente americano luchaban encarnizadamente para formar sus Estados, mientras las potencias europeas, representadas por Austria, Prusia, Rusia y el Reino Unido, pretendían repartirse el mundo, tal y como ocurrió en el Congreso de Viena de 1815.
 
Por otro lado, el genio de Napoleón Bonaparte, entregaba su cuerpo y alma para que no se volviera al antiguo régimen y a un rancio absolutismo que ya había sido derrotado por la Revolución Francesa de 1789 para imponer las ideas liberales, que sustentaron las revoluciones de 1830 y 1848.
 
Es en este contexto histórico que debemos evaluar las grandes hazañas del genio de Bolívar, quien según algunos historiadores, tuvo que cabalgar más de 60,000 kilómetros en su »Palomo Blanco» para independizar con su espada a Venezuela, Colombia, Perú, Panamá y Bolivia  en batallas inolvidables como la de Cúcuta, Boyacá, Junín, Ayacucho, »El Pantano de Vargas y esa Campaña Admirable que parece sacada de un cuento de Hadas.
 
Sin quizás alguno, la genialidad de Bolívar no estuvo solamente en su espada invencible, sino en su genio de estadista y su elevado pensamiento político, plasmado en  documentos como » el Manifiesto de Cartagena» su »Carta de Jamaica» »Discurso de Cúcuta» y su célebre »Discurso de Angostura» donde traza normas fundamentales a los gobernantes con brillantez inigualable.
 
Bolívar no es un mito. Es una figura histórica, con más luces que sombras. Por lo que no es un irrespeto  a su figura, preguntarnos: ¿ Que fuerzas lo llevaron a hacer preso y entregar al enemigo al prócer Francisco de Miranda, precursor de la Revolución? ¿ Por qué ordenó el fusilamiento del general Manuel María Piar? ¿ Cuáles fueron las causas reales de su derrota en Puerto Cabello? ¿ Por qué se entrevistó sin testigos con el general San Martin, dejándonos huérfanos de informaciones.? 
 
 Sus últimos días en Santa Martha, olvidado, vilipendiado, traicionado, desterrado de la patria que él ha había fundado, debilitan los corazones más férreos. Cuando el doctor Alejandro Próspero Réverénd le hizo saber su gravedad de muerte, sólo atinó a decir » Y ahora que hago yo en este laberinto’. En sus delirios pidió la unidad, perdonó a sus enemigos, pidió la disolución de los partidos políticos y masculló estas frases lastimeras que hacen brotar lágrimas: »Vayámonos muchachos, arreglen todo, que aquí ya nadie nos quiere».
 
A la una y tres de la tarde del 17 de diciembre de 1830, entregó el Libertador su nombre a la posteridad y hoy, 184 años después de su muerte, no recibe los honores que merece ese gigante de la historia universal
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