BARAHONA: Maestra por siempre

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BARAHONA.- Conocí a la maestra Doña Carmen Sánchez de Franco en mi adolescencia, en el Centro Educativo de Educación media “Dr. Federico Henríquez y Carvajal”, cuando yo iba a ese lugar a escuchar los discursos de los dirigentes estudiantiles de finales de la década 1960, que incidían en las masas revolucionarias de manera militante en ese recinto escolar. Al verla por mi primera vez, fue tan grande mi impresión, que su rostro angelical me parecióque irradiaba paz a todo su alrededor. Traía su pelo suelto y eso se me pareció a un gesto beatificado de cristiandad, que para mi inocencia espiritual, significaba el compromiso de esta maestra con la carrera profesoral. Comprendí inmediatamente al conversar con ella, que esta señora de hablar pausado pero firme, era justo el tipo de maestra que necesitaba (y necesita) el sistema educativo dominicano. Con el paso del tiempo fue una de las principales consejera de todos nosotros, hombres y mujeres que años más tarde pasamos a dirigir los frentes estudiantiles en esa escuela secundaria. Fue una de las tantas profesoras reprimida y maltratada por la fuerza represiva del régimen de los doce años del presidente Joaquín Balaguer. Doña Carmen y su inseparable compañero, el también maestro Don Elino Franco, fueron brutalmente golpeados al junto de otros maestros/as, la noche triste del 27 de enero del año 1970, cuando una banda de policías que comandaba el coronel asesino Paulino Reyes de León, penetro de manera abrupta al liceo nocturno de esta ciudad Barahona. Allí defendió con su voz y su cuerpo a los/as estudiantes, a los/as docentes y personal administrativo y de apoyo, que de manera salvaje eran golpeados con todo tipos de objetos contundentes por los policías que penetraron a esa escuela publica, donde estudiaban obreros, chiriperos, amas de casa, entre otros hijos del pueblo trabajador. Fue golpeada salvajemente, pero no dio un paso atrás en la defensa de su escuela. Como maestra dejo un legado importante para todos y todas los que quieran asumir y han asumido esta profesión, debido a que era una persona con ideales claro, con una fuerza espiritual definida en la creencia en Dios todo poderoso y siempre con la firme voluntad de servir con valentía a aquellos que mas la necesitaban. Era amable servicial y cariñosa. A todos y todas nos trataba como si fuéramos sus hijos. No escatimaba esfuerzos para regalarnos un consejo para bien, y también para acentuarnos que los dirigentes estudiantiles deberíamos ser buenos estudiantes.La huella que dejo a todos/as los/as Barahoneros/as que la respetamos y que la apreciamos tanto, quedara plasmada como apreciable tesoro de sabiduría e inteligencia, en todos los lugares del mundo donde hoy vive un alumno o alumna de Doña Carmen Franco. Esperamos que su alma siga rondando vigilante, para que sigamos firme por el camino correcto de la vida, sin perjudicar a los demás con decisiones incorrectas y malsanas. Su magisterio, que trascendió mas allá de nuestra provincia, favoreciendo aprendizaje y llevando conocimientos, implicaba educar a las familias, y eso también hizo esta maestra excepcional. Su vocación en el servicio magisterial se convirtió en una luz que iluminaba todo el recinto donde estudiábamos todos y todas. Hoy, sin ningún tipo de sonrojo o vergüenza, debemos mirar hacia el cielo, para saber donde estará Doña Carmen, para que desde ese bendito lugar donde la pondrá Dios, nos oriente y nos diga como ser un buen maestro o una buena maestra. Doña Carmen siempre creyó en la inclusión, no discriminaba a nadie ni por raza, religión o por política, para ella, sus alumnos/as eran sus muchachos/as a los que con mucho amor, respeto, cordura y paciencia les enseñaba. Su desprendimiento era tan grande, que utilizaba parte de su tiempo, ya fuera del aula, para darle mayores conocimientos a los/as estudiantes. Era guía de todo aquel o aquella que necesita de ella. Con su discreción y sabiduría, se convirtió en la estrella más brillante en un mundo de oscuridad como en el que vivíamos en esos tiempos, donde las fuerza del oscurantismo tenían mas potencia que la luz de la verdad. Su calidad intelectual y su arte para comunicarse, la llevaron a ser una de la más grande entre las grandes. Su legado quedara por siempre entre nosotros como una cualidad a seguir para la superación académica y para el proceso de enseñar, para de esa forma, inculcar en nuestros/as jóvenes valores revolucionarios y democráticos, con actitudes y cualidades para la creación de una cultura en defensa de la familia y de la patria. Maestra Carmen siempre te voy a recordar. Te doy Gracia por enseñarme a ser Maestro.

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