Balaguer y una arenga cargada con retórica ajena

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EL AUTOR es historiador y comunicador. Reside en Nueva York.

Con la presente entrega finalizamos el 2017 recreando un episodio de la historia reciente del pueblo dominicano y un discurso del polémico personaje que fue el Dr. Joaquín Balaguer. 
La secuencia de eventos se produjo la madrugada del 17 de Mayo de 1978 y el pronunciamiento se constituyó uno de los ejes fundamentales del proceso democrático del pueblo dominicano; la fecha es conocida en el terreno político como “El Juntazo o Gacetazo”.
El impase tuvo origen en la eventual victoria electoral del candidato oposicionista Silvestre Antonio Guzmán Fernández, que pondría fin al período de doce anos de gobierno del Dr. Balaguer, época para muchos de triste recordación.
 Completadas las votaciones del 16 de Mayo de 1978 y pasada la media noche, los reportes desde la Junta Central Electoral ponían en la delantera al candidato opositor Antonio Guzmán. Mientras se completaba el conteo de los votos, en la Secretaria de las Fuerzas Armadas los generales Juan René Beauchamps Javier y Neit Rafael Nivar Seijas discutían una estrategia para mantener en el poder al viejo caudillo.
Se conformó un plan para desconocer los resultados de las votaciones, y en la conspiración estuvo presente el doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho), que era una especie de asesor legal del bando reformista. Siendo como es nuestro sistema de gobierno presidencialista, nunca se sabrá, pero ello  nos lleva a pensar que la actitud de los militares estaría avalada por el candidato oficial.
 A medida que avanzaba la noche, la derrota reformista era cada vez más evidente y como los mandos militares por lo regular actúan bajo órdenes del Presidente (a menos que se trate de un golpe de Estado) los guardias simularon que actuaban por su cuenta, impartieron órdenes y los uniformados irrumpieron en el edificio de la Junta a incautar urnas, equipos de cómputos, listados y reportes provinciales.
Ante el colapso inevitable del balaguerismo, las principales ciudades del país fueron militarizadas, se dispersó el rumor de que no se entregaría el poder al candidato opositor y la tensión política se elevó a niveles máximos.
Soldados y policías fueron lanzados a patrullar las calles de las grandes ciudades, el clima de tensión atravesó los mares y el Presidente de Estados Unidos Jimmy Carter emplazó al Dr. Balaguer a que respetara el resultado de las elecciones.
A Balaguer le llegó en una nota desde la Casa Blanca a través del Embajador Robert Yost, en la que el Presidente Carter le aclaró “la necesidad de que acatara el veredicto que emitiera la Junta», y le advirtió que «la ayuda de Estados Unidos al país dependía de si se cumplía o no con el resultado del tribunal electoral”.
 A pesar de la declaración del Presidente Carter, los militares criollos insistían en no reconocer la victoria de la oposición y entonces creció la presión internacional contra el mandato del Dr. Balaguer y se sumaron a los reclamos el Presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, el vicepresidente de Estados Unidos Cyrus Vance, el líder francés Francois Miterrant y varias figuras de la Internacional Socialista. 
Al verse acorralados, reformistas, militares y el Dr. Balaguer no tuvieron más salida que admitir la derrota y para darlo a conocer el candidato oficial intervino en un discurso memorable; fue una alocución en la que Balaguer tomó prestadas frases del pasado, pertenecientes a eventos de la historia antigua y las puso en su boca dejando perplejos al pueblo dominicano y a la cúpula militar que organizó el Juntazo.
 En la intervención el Dr. Balaguer se refirió al “Grito de Jeremías” contenido en la primera lamentación de un pasaje de la biblia. Con ello responsabilizó sus seguidores por la derrota. Otra aclamación que revivió el doctor Balaguer se atribuye a la reina árabe Aixa tras la caída del reino de Granada, último reducto del dominio musulmán en la antigua España. El Dr. Balaguer castigó al reformismo con la máxima de la Sultana Aixa, madre del rey Boabdil, citando la reacción de la soberana cuando fueron expulsados de las tierras que sus antepasados impusieron ocho centurias de dominio.
Balaguer mostrando disgusto exclamó: “Lloran como mujeres lo que no supieron defender como hombres”, frase que trae a la memoria el refrán que dice: “en el país de los ciegos, el que tiene un ojo es el rey”. Porque el politico y erudito sabía que pocos dominicanos conocían el origen de aquellas frases, todo se reduce a que el régimen de los “Doce Años” se desplomó con una arenga cargada con palabras ajenas, las que el Dr. Joaquín Balaguer puso en su boca para responsabilizar la militancia del reformismo por el colapso que puso fin al período de los Doce años. 
JPM
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