Aprender a perder
Senderos llenos de vegetación, otros eriales. Sin árboles ni flores, con grandes cuestas y peligrosos abismos a los lados. Caminos diferentes que tenemos que caminarlos. Solos o acompañados.
Me encuentro en esa etapa de mi vida, en que no estoy en perder amistades por cuestiones políticas partidarias ni de religión sea cual sea.
Llegado el momento en el debate, en que no entiendo nada de lo que escucho, prefiero quedarme callado y si el otro considera que ganó, pues ganó y seguimos adelante.
Lo que no entendemos ahora, es posible lo lleguemos a entender más adelante. ¡Cuánto nos ha costado entender acerca quebrados, decimales, proporciones, fracciones…en Matemática simple! Sin entrar en otros niveles del Álgebra y las llamadas altas Matemáticas.
No discuto acaloradamente llegando hasta a lo personal por defender lo imposible. Se colocan barreras hasta entre parientes. Hermanos distanciados por encerrarse en las discusiones y debates. ¡Cuánto más entre personas conocidas!
Luego esas cargas de odios, rencores, envidias y egoísmo, ralentizan nuestro andar en la vida, nos encorvamos y envejecemos antes de tiempo, y no podemos volar con el viento de Otoño, ni estar preparados para emprender el Vuelo Final.
Con el Tiempo que es un gran aliado y maestro, nos damos cuenta que tuvimos una discusión en Facebook estéril, vana, sin valor alguno, que perdimos una valiosa amistad de años, que ofendimos sin razón, que alguien de la familia se mantiene alejado por aquello que le dije “para ponerlo en su puesto”…y que muchos de quienes respaldaron la posición de entonces con los años, también se han alejado.
Cuando estés enojado, cuando no alcances a entender tal tema en discusión…tranquilo. No respondas. Hazlo si deseas, más tarde u otro día…cuando la marea de la pasión baje un poco.
Nada es fácil. El aprender, no lo es.
JPM