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Antagonismo político, populismo e incertidumbre
Descomposición social, pobreza, desigualdad, ingobernabilidad, ambición de poder, entre otros problemas socioeconómicos y políticos, constituyen los factores decisivos de todo tipo de populismo.
Los países del Tercer Mundo agobiados por la realidad descrita más arriba, han tenido que sufrir tiranos, dictaduras militares, pseudodemocracias y demagogos a granel.
La retórica demagógica, asociada a la mentira útil y la llamada posverdad, dominan la política en muchos países del Tercer Mundo, particularmente en América Latina.
El populismo de derecha y de izquierda es el nuevo fantasma que recorre el mundo. El populismo también hace presencia en el Pirmer Mundo, y ya hay países europeos donde el populismo es el común denominador en la lucha política.
La demagogia desafía a todos los régimenes políticos, y en muchos países esta lucha política se centra en la demagogia del gobierno versus la demagogia de la oposición.
¿Qué destino le puede esperar a la gente humilde con esos encantadores de serpientes? Más y más sufrimiento.
Uno de los inconvenientes más grande en los países latinoamericanos, es que cuando el autoritarismo no está presente, está el neoliberalismo haciendo ajustes impopulares o el populista de izquierda promoviendo la solución que nunca llega.
Y lo peor, es vivir el antagonismo político entre derecha e izquierda, que enrumba la lucha por el sendero de la violencia y la ingobernabilidad perpetua.
El resultado de este escenario fatal, es la migración como la opción desesperada de la gente que es aplastada por un antagonismo político sin descanso.
Asimismo, la corrupción es otro de los flagelos que castiga a los países del Tercer Mundo. En América Latina, la percepción de la corrupción está por las nubes y es uno de los elementos que frenan su desarrollo.
En el marco de la corrupción galopante, la violencia política y social, el antagonismo y la ingobernabilidad, no es posible el desarrollo buscado.
El sufrimiento político es tan malo como el sufrimiento social y económico. Además, todos estos sufrimientos están relacionados, dado que uno puede ser la causa del otro.
¿Y para dónde vamos, entonces? Esta es la pregunta más difícil de responder. La incertidumbre sociopolítica en nuestros países, es una constante que tampoco da tregua y mantiene al pueblo en la angustia.
Al respecto, nuestro país se aboca a celebrar elecciones municipales, legislativas y presidenciales. En este contexto electoral, el pueblo dominicano tiene expectativas e inquietudes.
Por lo tanto, como parte del Tercer Mundo, de la realidad latinoamericana y de ser una nación en vías de desarrollo, la mayoría de los dominicanos confía en salir de ese reto sin mayores traumas y con el menor sufrimiento político que pueda haber.
Finalmente, la implementación de elecciones trasparentes y limpias, la tolerancia tolerancia gubernamental y el respeto a los resultados de las elecciones, serán la garantía para que el pueblo dominicano evite el sufrimiento y viva la apreciada paz social.