Alianzas con todos menos con el PLD

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EL AUTOR es periodista, economista y abogado. Reside en Santo Domingo.

Ha de recordarse que la historia electoral del país ha sido también la de las alianzas entre partidos de diferentes ideologías o litorales, pues las alianzas en política son el resultado de acuerdos entre entidades diferentes y estas se hacen cuando se presentan coyunturas específicas y para conveniencias de las fuerzas que en ellas se aglutinan, aunque lamentablemente estos acuerdos nunca obedecen a reales compromisos de una verdadera plataforma de agenda país, sino sustentada en todo tipo de  beneficios y repartos.

Es así, como se han aliado en el devenir de nuestra historia política desde la misma fundación de la República Dominicana liberales y conservadores, Horacistas y Jimenistas, Balagueristas y Wessinistas, Mpedeistas y Wessinistas, Izquierdistas y derechistas, Reformistas y Peledeistas, Perredeistas y Reformistas y ahora Peledeistas y Perredeistas.

El Bloque de la Dignidad Nacional, El Acuerdo de Santiago, El Frente Patriótico Nacional, El Acuerdo de Santo Domingo, el Frente Patriótico, la Alianza Rosada y el Bloque Progresista y ahora con el presidente Medina la Alianza de la Unidad Nacional han sido alianzas conformadas por fuerzas y partidos de diferentes orígenes y prácticas distintas, que se han unido por diferentes situaciones, pero siempre para ganar el poder político o para mantenerlo.

Pero en todas estas alianzas los partidos de la oposición y especialmente los que han gobernado, donde el PLD no escapa a este análisis, se convierten en candil afuera y oscuridad adentro, que es lo que siempre se ha venido discutiendo desde 1996 con la famosa relación gobierno, partido y sociedad con la estructura política y partidaria de la organización  que Bosch  fundara un 15 de diciembre del 1973 para propósitos muy puntuales de cambios y transformaciones sociales, que en la actualidad dictan mucho de los propósitos originarios de su razón de nacer.

Es innegable e incuestionable que el PLD desde el gobierno ha logrado importantes aportes y transformaciones en la sociedad dominicana a la vista del mundo. Y nos preguntamos. ¿Pero lo que se ha logrado ha sido lo máximo o lo posible al igual si a Bosch le hubiera tocado gobernar? Al margen de viejos tiempos o  nuevos tiempos es para el PLD y sus principales dirigentes originarios sentirse plenamente satisfechos con lo que se ha alcanzado a favor del país sin un vínculo de su estructura partidaria sino de abandono y aislamiento.

El PLD desde el gobierno ha logrado articular una poderosa e invencible alianza con las diferentes fuerzas políticas de afuera pero hacia adentro de ella misma no ha sido eso posible, ya que sus principales y más connotados dirigentes en más de un 80 por ciento no tienen una participación relevante de empoderamiento ni incluso media en las decisiones de la dirección gubernamental.

Y es oportuno preguntar  ¿Fracasó o se omitió adrede o se negó a Bosch cuando decía que la mayor categoría era la de ser miembro de esta organización y que se estaban formando los verdaderos oficiales para conducir al pueblo en su transformación social? No es más que suficiente la experiencia y el espejo para el PLD la situación en que hoy vemos al PRD y al PRSC como dos grandes entelequias del sistema de partidos políticos en la Republica Dominicana.   

El profesor Juan Bosch con su gran visión y esfuerzo creó un partido único  en América movido en preparar y formar en todo el sentido de la palabra en su escuela política a los hombres y mujeres que estarían llamado en el futuro a conducir al Estado dominicano, y que han sido los que menos pruebas reales y experiencias del mismo han tenido en su accionar porque se les ha negado su oportunidad y derecho, siendo estos renegados a un segundo y tercer plano de un justo empoderamiento.

Que nadie ni de adentro ni mucho menos desde afuera del PLD nos venga a platear viejas y manociadas simplezas simplificando tristemente la situación y pretender querer  reducir minimizando la profundidad de la situación con el simple  cliché como que se tratara de tener o no un simple empleo, ya que no creo que en esa organización política puedan existir tantas personas que deben tener un ingreso que no lo estén recibiendo.

Lo peor y difícil es que a esa dirección política de base y media han sido quienes en ese difícil trajinar han aportado los muertos, heridos y los presos en la dura tarea para hacer realidad las ideas iniciales de Bosch para construir al PLD y llevarlo al poder para así poder completar la obra de los padres de la Patria y los restauradores.

Y pensar mezquinamente cuestionando o impidiendo  ese derecho de participación a un puesto electivo o a lo interno del PLD a la dirección media y base he de evidenciarse el derecho que también tienen y han tenido los principales dirigentes del Comité Político y funcionarios del gobierno de querer ser, legítimamente, presidente de la República no solo una vez, sino cuantas veces la oportunidad le llame con una señal de que venga sin que nada ni nadie se lo impida.

He observado con gran preocupación con consecuencias futuras no beneficiosas e impredecibles para el PLD sin que seamos tremendistas y es que  en el partido de Bosch y del pueblo dominicano  muchos no alcanzan a palpar,  porque están muy imbuidos en el sorbo del disfrute del dulce de la miel del poder, las situaciones que se vienen represando y anidando  en el PLD en perjuicio del liderazgo de base y medio donde hasta el derecho a participar legítimamente a un puesto electivo o partidario está muy sujeto a otros intereses sectarios de grupos.

Nadie puede negar que el  PLD ha sido altamente exitoso en articular oportunas y exitosas alianzas si medimos por los resultados de los seis triunfos electorales consecutivos con más del 50 por ciento en la primera vuelta, pero también ha de analizarse que ha sido muy pésimo en articular una real alianza participativa no solo con su estructura partidaria interna, siendo esta parte en las decisiones de las políticas públicas, donde lo que se entendiera como un éxito para muchos para todos sea un triunfo de la organización, como Bosch lo ensayó en el 1963.

Es decir, no se ha podido lograr la articulación, para mayores y mejores resultados en las distintas áreas de las políticas públicas si existiera una  real y verdadera alianza social no solo con la base y la dirección política media del PLD, sino también con la estructura organizada comunitaria, campesina, profesional, cultural, deportiva, comercial, etc. Lo que explica de alguna de manera, al margen de una limitación de recursos económicos como país pobre, que al caer la tarde el país no puede exhibir la solución definitiva de uno de sus problemas básicos como otros países lo han alcanzado.

Situación está que debe ser superada para que no se sigan observando como languidecen cuadros históricos y prominentes dirigentes medios y de base de esa organización política tostados sus rostros y su piel por el candente sol, en el trajinar del sereno y el hambre, luchando para un futuro mejor para el país y los suyos y sean visto con la mirada profunda y dormida en una esperanza que nunca ha de llegar y que mucho menos aguarda por ellos secándose como la metamorfosis de la uva a pasa o languideciendo como el lagarto en el desierto por falta de agua.

mbritomartinez@gmail.com

jpm

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