Algo sobre homosexualismo

 
Quien de repente lee este sugestivo e inusual encabezado, pensaría que es tema propio de un homosexual. Podría ser, pero, en mi caso no lo es; conscientemente no he tenido ni las experiencias de juegos sexuales con mis pares, estimados como algo normal en la infancia o tierna adolescencia, por los expertos en conductas sexuales.
A continuación expongo las razones que me animan a escribir este artículo.  Recientemente me quedé atónito y asombrado-todavía tengo esa capacidad-, al enterarme a través de un informe en las redes de que, al menos 350 especies de nuestra fauna practican el  homosexualismo; me refiero al animal macho.
Realmente es un tema engorroso; tan difícil como descifrar cuando un político tradicional es confiable.  De lo citado arriba, podría afirmarse que en el sexo, el hombre (me refiero a la Humanidad) y sus instintos sexuales, son equiparables a el de los animales que consideramos irracionales.  Aquí podría estar en juego hasta la veracidad de nuestro alegado origen divino.
Cuando era adolescente, me enteré de que amiguitos y conocidos  sostuvieron relaciones con otro hombre para luego vivir con una fémina; para comer y suplir algunas necesidades. Por ejemplo, expedir una cédula de identificación personal. ¡Increíble! Sin querer lesionar a nadie, me permito añadir que ya ejerciendo el periodismo, en Borojol, observé a figuras públicas tratando de conquistar a jovencitos.
Mi pregunta ahora- y ojala y la pueda responder cualquier científico en materia de sexo– es, si acaso la exclusión y la falta de oportunidades podría trascender de forma tal que cualquier individuo opte por practicar el homosexualismo (a mí criterio el que da termina recibiendo), para compensar ciertas necesidades materiales. ¿Hay alguna etapa en que la práctica homosexual en el hombre y los animales, es normal? O, en cuanto al sexo, ¿no hay diferencia entre los animales irracionales y el hombre?
¿Hasta dónde los casos citados se corresponden con “enfermos” u homosexuales en potencia que se excusan para realizar esa práctica, apelando a sus carencias existenciales? ¿Reamente  son homosexuales, o potencialmente responden a enfermizas aberraciones?
Confieso que no me siento en capacidad para contestar esas preguntas que ahora, de algún modo, me hacen reflexionar. Y lo novedoso del caso es, que tanto los hombres como las demás especies pueden incurrir en esa parafilia, aunque de rigor, sean heterosexuales. Pero lo chocante es que se dice que sólo el delfín y el hombre tienen sexo por puro placer, los demás, cuando están en celos y tienen necesidad de procrear.
Sin importar el papel que se juegue en el sexo, al menos para mí quien práctica la sexualidad con otro de su mismo sexo, en definitiva es un homosexual, o como se dice en estos tiempos, gay.
Pero lo paradójico de esta historia es que los conocidos-como cité antes- que han incurrido en esa práctica, en la actualidad son heterosexuales casados; algunos profesionales y con familia. Hombres de bien, que nadie se atreve a cuestionar. La respuesta la tienen los científicamente preparados para discernir sobre dónde, cuándo y por qué razones, coinciden en actitudes sexuales, los animales irracionales y un ser inteligente, como lo es el hombre.
jpm
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