Alcances del periodismo
Más que un informador de acontecimientos, el periodista debe ser un ente orientador de la población con exposiciones que, aunque aparenten intrascendentes y alejadas de nuestra política doméstica, merezcan el reconocimiento de importantes segmentos de la sociedad.
De ahí que, todo el que aplica un talento en cualquier profesión u oficio, se sienta regocijado cuando observa que su obra ha cumplido su cometido. En ella no necerariamente tienen que estar involucradas figuras políticas; hay toda una dialéctica de una sociedad que se mueve constantemente.
Esta demás señalar que el periodismo, aún con lo festinado de estos tiempos, es una literatura menor que de alguna forma requiere de aprendida destreza cuando se redacta una información, artículo, o cualquier otro tipo de escrito.
Nos sentimos complacidos cuando vemos que nuestro trabajo es bien aceptado por los editores y bien ponderando por los lectores. Sin embargo, algunos parecen entender que, como opinantes, debemos circunscribirnos a asuntos que tienen que ver con lo político-partidario.
Se supone que el periodista (nos referimos a los que ocasionalmente redactamos artículos), no necesariamente tiene que atenerse a la elaboración de crónicas o análisis sobre activismo político. Máxime si el tema abordado deja algún mensaje que edifica.
Esta situación provoca que, en ocasiones, muchos periodistas, pudiendo aportar algo más en lo referente a diversos acontecimientos y asuntos culturales, se abstengan de narrarlos.
Sobre todo, cuando los editores de un diario impreso o digital, en la sección de opinión, parecen resistirse a publicar sobre un tema que nada tiene que ver con las políticas públicas. Si se redacta aceptablemente y no se despotrica contra nadie, cual que sea el asunto que se trate, el periodista espera que su trabajo sea aprobado.
Y, aunque no los enumeremos ni seamos pretenciosos, podríamos decir que algunos periodistas se han convertido en grandes escritores porque en algún momento incursionaron en géneros como las novelas, cuentos, y otras narrativas, al margen de la política vernácula que a veces satura y deprime.
JPM