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Alcances de la patología forense
En la primera semana de mayo primaveral del año 1988, el municipio de Sosúa, provincia de Puerto Plata, fue sacudido por un fatal hecho de sangre. El cuerpo sin vida del actor británico George Rose , residente en la ciudad de Nueva York, había sido encontrado dentro de su vehículo, aparentemente precipitado en la carretera que conduce a Santiago.
La versión policial inicial reportaba que el famoso hombre de teatro murió víctima de un accidente automovilístico. El hoy occiso era también cantante y había comprado una hermosa casa veraniega en la bella costa atlántica, donde solía descansar con frecuencia. Era homosexual y tenía predilección por los adolescentes. Hacía un año mantenía una relación con un jovencito de apenas 14 años a quien había adoptado y hecho heredero del suntuoso hogar.
Las autoridades judiciales solicitaron una autopsia y para ello se pidió su realización a la Comisión de patólogos de la Asociación Médica Dominicana, presidida por quien suscribe. Nos trasladamos al sitio de la tragedia observando que el carro marca Suzuki de color rojo tenía muy poco daño exterior.
El impacto debió haber sido a muy poca velocidad. El examen del cadáver mostraba un patrón de contusiones y laceraciones diversas que no se correspondían con los daños corporales que acostumbramos observar en un conductor que se desliza en su vehículo lentamente por una pendiente poco profunda ubicada a la orilla de la vía.
El dorso de ambas manos y antebrazos tenían moratones de diferentes tamaños, los cuales interpretamos como lesiones de defensa. Registramos además laceraciones y contusiones graves en la nuca, parte posterior de la cabeza y espalda que de haber sucedido manejando ninguna de ellas hacía sentido lógico.
Tomamos muestras de sangre y porciones de hígado, riñones, bilis, orina y cerebro las cuales trasladamos personalmente al departamento de toxicología del Centro médico legal del Dade County Medical Examiner Office de Miami, Florida. Se detectó la presencia de marihuana en los estudios toxicológicos.
A las 72 horas habíamos entregado nuestro informe forense al ministerio público, en el que se establecía de forma categórica que el fallecimiento de George Rose, se debió a trauma contuso múltiple severo, y que la manera jurídica de la muerte era el homicidio. Fue posible descartar de modo claro y preciso la versión inicial del simulado accidente. Gracias a la ayuda prestada por los colegas estadounidenses de Miami pudimos eliminar la duda sobre un posible estado de embriaguez.
El examen anatomo-patológico no arrojó daño cardíaco arteriosclerótico serio que pudiera incriminarse como contribuyente al fallecimiento. Posteriormente el hijo adoptivo del extinto artista, conjuntamente con su padre biológico, un tío y otro individuo habían secuestrado, torturado y asesinado a la víctima, a fin de garantizar la herencia del adolescente y amante.
El trabajo metodológico que empezó con la colección de las informaciones acerca de las circunstancias que rodearon el evento trágico, sumado a la inspección cuidadosa y detallada del exterior e interior del carro, aunado al estudio de la vestimenta, parte exterior del cuerpo, disección del interior y toma de muestras para los estudios toxicológicos permitieron completar el estudio forense para generar un informe claro, preciso y sin ambigüedades. Todo ello en unas 72 horas.
Habló el cadáver sin presión mediática, ni titubeos. Dijo su verdad; lo mataron, no se accidentó.
jpm
Justicia para todo eso maleante, a cadena =Perpetua= sin distincio’n de clase.,
?Y entonce que esperan para juzgarlo,?, .., si en verdad son ello los culpables de ese horribles y cobardemente asesinato de ese c arismatico artista extranjero, el cual los mataro’n en complicidad, encabezando’lo, el mismo hijo adoptivo del (occiso),Obviamente esta’ claro, y la amistades todosoncomplices de ese cobarde asesinatos.,