Al olvido los cubanos desaparecidos en Haití

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Manuel Rodríguez Álvarez (Foto: Alberto Méndez Castelló)

LAS TUNAS, Cuba.- Un destacamento de 30 hombres uniformados de verde olivo, armados con fusiles militares, desembarcaron el 13 de agosto de 1959 en La Española. Desembarcados los expedicionarios, sin dificultad su transporte regresó a Cuba, no así los restos de los combatientes muertos seis días después, quienes todavía hoy permanecen ignorados donde cayeron.

“Las disposiciones del derecho de la guerra relativa a los muertos se basan en el derecho que tienen las familias a conocer la suerte que corren sus miembros (…) Esas disposiciones se refieren también a los restos, las cenizas y las tumbas de los muertos (…) Las disposiciones relativas a los muertos se aplican asimismo, en la medida que sea apropiada, a las personas desaparecidas,” disponen las Reglas de los Convenios de Ginebra y el Protocolo Adicional de 12 de agosto de 1949.

Rehuyendo la intervención armada de su gobierno, Fidel Castro dispondría contrariamente a las disposiciones de Ginebra, prohibiendo la búsqueda y repatriación de los muertos en La Española, tanto en la parte dominicana como en la haitiana.

“No, no me dieron permiso”, diría el comandante Delio Gómez Ochoa, con título de héroe en República Dominicana y de mártires los cubanos muertos allí.

“Es triste tener un hijo, y no saber cómo murió ni donde está enterrado”, falleció repitiendo, ya octogenaria, la madre de uno de aquellos jóvenes soldados.

Aunque el destacamento arribó por territorio haitiano, su tarea consistía en incorporarse a los expedicionarios que, entre el 14 y el 20 de junio, habían desembarcado en República Dominicana.

Manuel junto a su esposa, de recién casados (Foto: Alberto Méndez Castelló)

Pero el 19 de agosto 25 expedicionarios murieron, unos en combate y otros asesinados por el ejército duvalierista.

Cinco sobrevivientes prisioneros, devueltos a Cuba meses después por mediación de la OEA, serían sepultados por el silencio oficial castrista. Uno de ellos terminaría suicidándose.

Investigando cómo murió su padre y se gestó aquella expedición, María Antonia Bofill Pérez escribió La olvidada expedición a Santo Domingo en 1959, que luego de publicada en República Dominicana en 2015 por el Archivo General de la Nación (www.agn.gov.do), acaba de publicarse en Cuba con omisiones notables respecto a su edición príncipe.

Luego de entrevistar a familiares de desaparecidos, sobrevivientes, y otros participes, incluidos los comandantes Delio Gómez Ochoa y Roberto Fajardo Sotomayor, La olvidada expedición… es, según la autora, “una especie de balance, aún no totalmente definido de este acontecimiento”.

Conversé en diferentes momentos con Manuel Rodríguez Álvarez, el sobreviviente con mayor graduación militar de la incursión de agosto, recientemente fallecido, quien, prácticamente recién casado, partió en aquella expedición en la que perdería un hermano, y de la que el canciller Raúl Roa dijo: “Otra maniobra de Trujillo para crearle problemas a la revolución cubana”. Juzgue el lector de dónde partió la “maniobra” a través de este diálogo inédito hasta hoy.

Entrevista a Manuel Rodríguez Álvarez

Manuel, usted fue primer teniente del Ejército en el Regimiento de Holguín, subordinado al comandante Delio Gómez Ochoa, con mando real el 14 de junio de 1959 de tres expediciones contra la dictadura trujillista, una aerotransportada y dos marítimas, con las que el gobierno cubano negó cualquier relación, pero que usted junto a otros oficiales dirigidos por el comandante Roberto Fajardo Sotomayor, entrenaron en Pinar del Río…

“Bueno… Delio escribió de eso allá (República Dominicana) y dicen que los dominicanos también…”

Sí, pero no dicen de la cuarta expedición, que salió de Puerto Padre el 10 de agosto de 1959…

“Yo diría que aquella (la del 14 de junio) fue una sola expedición con tres desembarcos, y la de nosotros…”

El periódico Revolución citó los nombres de los cubanos capturados en Haití (Foto: Alberto Méndez Castelló)

Eso… ¿Por qué ustedes salen el 10 de agosto, cuando ya los expedicionarios del 14 de junio estaban muertos o presos…? Los periódicos daban noticias triunfalistas en Cuba, pero la realidad era otra…

“Bueno… nosotros no sabíamos…”

¿No sabían…? La Marina sabía, la Comandancia sabía… Manuel… usted conoció a los hermanos Pupo…

“Primos de Paco, (comandante Francisco Cabrera Pupo) “estuvieron en la escolta de Fidel (Castro)”.

Un radista había descifrado las claves, en la Comandancia conocían las órdenes de Trujillo, supieron del fracaso, como los mataron a todos, no me explico… ¿La Capitanía del puerto en Puerto Padre no hizo por detenerlos cuándo ustedes salieron el 10 de agosto…? ¿La Marina de Guerra no hizo por detenerlos…?

“No. En ningún momento. Incluso tuvimos que cambiar de embarcación, por allá, por Antillas, por Moa, no recuerdo, en la que salimos de Puerto Padre falló el motor”.

 

El 25 de abril llegó una expedición cubana a Panamá y con ella un alboroto internacional; y antes de pasar cuatro meses, ustedes embarcan, luego desembarcan, pasan hombres y armas de una embarcación a otra y siguen navegando… ¿Nadie dice “paren ahí”…?

“No, nadie.”

Manuel, para los desembarcos en Santo Domingo se organizó un destacamento de refuerzo…

“Organizaron… El Mexicano, (capitán Rangel Guerrero, estadounidense, de Texas) y Fajardo, (comandante Roberto Fajardo Sotomayor) que después no vino, Fidel lo mando a buscar… dijeron. Refuerzo… Nosotros… que desembarcáramos por Haití hubiera sido lo de menos… pero cuando llegamos ya no había a quién reforzar, estaban muertos o presos, imagínese… pero tuvieron que fajarse con nosotros, y se nos unieron 10 o 15 haitianos, más que a la guerrilla del Che en Bolivia, y ni un mes estuvimos en el monte, desembarcamos el 13 de agosto…”

El periódico Revolución citó los nombres de los cubanos capturados en Haití (Foto: Alberto Méndez Castelló)

¿Ustedes supieron qué ocurrió en Cuba los día 12 y 13 de agosto de 1959 mientras estaban allá?

“Sí, traíamos un radio, escuchamos las noticias, Trujillo mandó un avión cargado de armas y Fidel y Camilo lo cogieron mansito”.

Si Roberto Fajardo no fue con ustedes es porque estaría con Fidel y Camilo. Y si Fajardo estuvo con Fidel en agosto de 1959, supo que Delio Gómez Ochoa ya estaba preso y eliminadas las expediciones del 14 de junio, ¿no…? En La Habana prepararon una planta para los dominicanos, como Radio Rebelde en la Sierra Maestra, ¿escucharon ustedes algún mensaje de alerta?

“Alerta… no. Escuchamos… Santo Domingo, Radio Libertad… no habíamos salido para allá cuando uno de nosotros oyó…”

La voz de la libertad, desde Constanza, decía; debió ser la planta que le dije, u otra por indicación de ésta. Aun habiéndose ustedes lanzado a una aventura, sin órdenes superiores, por radio pudieron ser advertidos… Raúl Castro envió a Panamá dos oficiales por la expedición de abril… por qué no enviarles a ustedes dos o tres palabras por radio… “Mexicano, pitirre en el alambre” o… “Mexicano, vuelve por el aguacatico”, pudieron decir, ¿no? Una sola palabra, “aguacatico”, para el Mexicano significaba Puerto Padre, Cuba, su campamento del Ejército Rebelde, replegarse ¿no…?

“Yo he pensado en eso.”

¿Qué edad tenía su hermano Luis Alberto?

“Si no lo hubieran matado, en Santo Domingo ese agosto hubiera cumplido 20 años. Pero cuando se formó la balacera en Haití fue el último día que lo vi. No lo vi más, ni vivo ni muerto, a ninguno de los compañeros. Cuando trajeron los restos de la guerrilla del Che en Bolivia me dije: ‘Y los muertos de nosotros qué’, pero no, los muertos de nosotros, salvo para nuestras familias, es como si nunca hubieran existido”.

Memorias de Manuel Rodríguez Álvarez (Foto: Alberto Méndez Castelló)

Fuente: CUBANET

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