Ahora les toca a los venezolanos
Con el histórico triunfo de Mauricio Macri se inició el domingo recién pasado un nuevo ciclo político en Argentina. El candidato de Cambiemos ganó la segunda vuelta electoral con 51,78% de los votos para poner fin así a 12 años ininterrumpidos de kirchnerismo populista.
Los argentinos cansados de los desmanes, ineficiencia y autoritarismo del gobierno de Cristina Kirchner, decidieron que ya estaba bueno de aguantar un régimen violador de las instituciones y protagonista de una desbordada corruptela que provocó la ira de los contribuyentes, que hastiados salieron decididos a ejercer el sufragio, para derrotar la perversión peronista.
Ya computados el 95,82% de los sufragios el dirigente del frente opositor Cambiemos se imponía por 3,56 puntos de ventaja sobre el candidato oficialista Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, que se quedo corto con solo el 48,22%.
Hay que destacar y alabar que Scioli reconoció el triunfo de su rival a los pocos minutos de conocerse la irreversibilidad de los resultados, lo que constituye un alentador precedente, que serviría de ejemplo para futuros resultados desfavorables para el chavismo, que posiblemente se darán en Venezuela el 6 de diciembre venidero con el pronosticado triunfo que posiblemente obtendrá allí, la oposición.
Macri, tendrá que enfrentar a partir de su toma de posesión el próximo 10 de diciembre, un gigantesco desequilibrio macroeconómico, un controlado mercado monetario y una de las mas altas tasas inflacionarias del mundo solo superada por la hiperinflación venezolana que ronda el 200%.
Los gobiernos kirchneristas (Ernesto y su viuda, Cristina Kirchner) que desde 2004 gobernaron a argentina, se caracterizaron por una fuerte intervención estatal en la economía y un estilo personalista de ejercer el poder que provocó serias confrontaciones políticas y una profunda división en el seno de la sociedad.
Uno de los problemas escabrosos a enfrentar es, según afirman analistas, la disputa en los tribunales de Estados Unidos con un grupo de bonistas, que exigen a Argentina el pago de una deuda multimillonaria, la cual conjuntamente con las políticas anti empresariales, ha ahuyentado a los inversionistas y mantenido al país excluido de los mercados crediticios internacionales.
Además el nuevo mandatario tendrá que gobernar con el escollo que constituirá el control del Senado por parte del Kircnerismo, que también será la primera minoría en la Cámara de Diputados al tiempo que dispondrán también, del control de 15 de los 24 distritos.
Por su parte los venezolanos tienen ahora la oportunidad de dar el 2do paso. Saliendo el 6 de diciembre a votar masivamente a favor de los candidatos de oposición, aunque lamentablemente las elecciones no puedan dar al traste con el dictador Nicolás Maduro, pero que marcaran el paso, para luego en elecciones presidenciales salir de ese pérfido gobierno antidemocrático.