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Advertencias sobre el 911
En este mes de mayo los dominicanos comenzaremos a experimentar una nueva forma de atención a las emergencias y una nueva cultura del servicio público, con la puesta en marcha del 9-1-1. ¡Gracias a Dios! Por eso frente a la preocupación general por la ola de inseguridad que se ha derivado en semejante cantidad de delitos récord a nivel histórico en la Nación y la tendencia a realizar justicia por mano propia por parte de personas que se sienten totalmente desatendidas por los aparatos gubernamentales que no les brindan la Justicia necesaria, yo quiero enviar un mensaje de seguimiento a los encargados de administrar lo que viene, después de responder el 911 y las consecuencias. Primero que nada, felicito la implementación del call center, creado en base al sistema de respuesta de EUA, el famoso 911. Creo es una buena solución, pero voy más lejos. Hay varias medidas que se pueden tomar adicionales que serían señales claras de que podría frenarse la inseguridad que estamos viviendo. Miré est En R.D. se creó un campo de impunidad durante muchos años que habilitó a la persona con tendencias delictivas a considerar que el delito es una opción de vida más. “Salgo a robar, y si hace falta mato”, y esto es parte del negocio. Lo hacen porque encontraron un terreno social, político y legal propicio para sentirse de esa manera. Ese terreno es la justicia que no actúa. Tienen personal y medios, pero si hay dinero y fama, contra el imputado, se le da otro trato. Excepto caso drogas, eso tiene otro aroma. Lo hacen así porque se condenó políticamente y socialmente la Justicia durante años tildándola de mano suelta con los cuellos blancos. Entonces las estructuras que tenían se fueron tornando inoperativas y lo que se transmitió al aparato delictivo que opera en el país es que la policía y justicia, no actúan o actúan poco, o se arreglan o se conversa con ellos y sales con fianzas bajas. Todo es dinero. Después hay otro elemento que se hizo metástasis en los dominicanos: son las recomendaciones de la gente. Se nos dijo durante años: “no hagas nada, déjate robar, tu vida primero”. Eso desde mi punto de vista es vergonzoso. Yo creo que es muy malo no defenderse. No estoy pidiendo que un niño se defienda de un delincuente mayor, pero la trasmisión ideológica a la sociedad de que no tienes que reaccionar, es otra señal para el delincuente que sabe que tiene la vía expedita para hacer lo que quiera. Así y todo, mucha gente se ha dejado robar, e igual fue muerta. Siempre que negocies con el delincuente y cedas con el delito le estás validando su método y le legitimas mayor libertad de acción hacia el futuro, pues no se conforman con una cantidad, sino que después te piden más y más, sin haber límites para los extorsionadores. Muchos, te dan una respuesta acerca de este tema social basándose en la falta de educación. Desde mi punto de vista esto es un insulto a la dignidad humana y a los derechos humanos: ¿qué diablos tiene que ver el móvil delictivo de una cantidad de criminales antisociales que quieren vivir a costas de los demás, con este tema de derechos humanos? Yo creo que hay que rechazar absolutamente la relación del delincuente con una persona pobre. Esto es totalmente anticientífico, ya que hay delincuentes en todos los sectores sociales y patrimoniales. Esto no está ligado a una condición social, patrimonial, nacional y provincial. Esto es un tema generalizado, no podemos hacer clasificaciones humanas en base al origen de las personas. Creo que la percepción no debe ser dejarlo todo al nuevo sistema del 911. Defenderse y escudarse casi a nivel paranoico al salir siempre, tampoco es la solución real. ¿Cuál es la solución, entonces? El discurso público tiene que cambiar. Basta de comprensión y mano suave hacia el delito. Si declaras la tolerancia cero cambias la tendencia general. Entonces, implementando esto, le estás diciendo al delincuente que no va a tener más impunidad y le das ánimo a los policías honestos para actuar como corresponde. No lo hacen ahora porque temen ser reprendidos por el sector político superior que los va a condenar y si paran una ambulancia y no acaban rápido, peor aún. Mandémos un mensaje a la Justicia y Fuerzas Armadas para que actúen, después de responder con el 911. Esas autoridades encargadas de administrar “la política de Estado contra la criminalidad” y resolver mediante sentencias pendencias penales, reeditan errores, se atacan mutuamente y mantienen la confusión. Hoy policía, fiscales y jueces no actúan al unísono con imparcialidad porque tienen miedo de que después los destituyan de sus cargos por chismes internos, o los sicarios los maten, lo que venga primero.