Adiós compañero, hermano y amigo Monchy Rodríguez
“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos”, Antonio Machado.
Cuando la muerte llega sin avisar, de manera sorpresiva, se desajustan los esquemas, un balde de agua fría congela el instante en que nos enteramos, viene la negación y el deseo de que sea una broma de mal gusto. Nos invade el dolor y visita la impotencia pues quisiéramos despedirnos con un abrazo, o simplemente no despedirnos sino retener a nuestro amigo, hermano o compañero, no queremos que se vayan, pero ya no se puede.
Ha fallecido Ramón Rodríguez, (Monchy), dirigente nacional, miembro del Comité Central y presidente Municipal del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, un hombre que nunca le temió al trabajo y a las responsabilidades, siempre estaba dispuesto a dar su vida por la patria, así lo demostró antes, durante y después de la lucha estudiantiles de los años 70 cuando éramos dirigentes del Flavio Suero y del FEL.
Tuve la oportunidad de compartir con Monchy Rodríguez, siendo un adolescente en el Ensanches Bermúdez, la escuela Anacaona, el Liceo Ulises Francisco Espaillat, UFE y en los Clubes sociales y culturales de Santiago, fue un gran ser humano, un amigo que tuve la oportunidad de caminar las calles junto luchando por un mismo ideal, durante días y noches.
A pesar de ser un hombre comparativamente joven había acumulado un historial grande, porque no tuvo edad para definir su trayectoria de servicio a la patria, siempre fue un soldado entregado a las mejores causas del país, hasta su última hora de su vida. El PLD ha perdido un comandante, un batallador, un hombre que creía en su partido, y en el servicio que le ofrecía a su gobierno, fue fiel y leal con su presidente, pero eso no los distanciaba de los que ideológicamente no compartían con su criterio, no era sectario y era querido por todos.
«Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte». – Leonardo da Vinci. Recuerdo Monchy, caminando por los callejones del Ensanches Bermúdez cuando me dijo, luego de finalizar una movilización, a raíz de la llegada de Caamaño, cito “Leito, si muero por una bala de un policía, quiero que escriba y diga que murió un revolucionario que luchaba por los ideales de Duarte”, ahí estábamos Polito Marrero, Adriano de la Rosa, Radhames y Papito Víctor González, Oliver Antonio Hidalgo, Juan Rodríguez, Nicolás Then, entre otros tanto. Fue una persona caballerosa, honesta y perseverante en la lucha, marcando la diferencia en el trabajo.
En este aspecto, la pena que traigo, vale primero por el cariño y el agradecimiento que siento a que el buen amigo Monchy se haya cruzado en mi vida. Mucho conversamos, me enseñó más que con palabras, con su vida, a ser peledeista. Monchy dio su vida por la patria y por el Partido de la Liberación Dominicano, PLD, su entrega le brotaba de manera auténtica y espontánea, desde lo más profundo del corazón, tanto por su manera de ver, conocer, amar y seguir a su líder Prof. Juan Bosch.
Adiós amigo de mil batallas… Por la fe, por lo que creo, me atrevo a intuir esta certeza: Creo que mi amigo Monchy está bien. Creo que al terminar esta vida regresamos a la eternidad donde se encuentra el Padre, nuestro líder Don Juan, nuestros familiares, los compañeros, entre otros líderes del universo. Creo también que, a quienes lo extrañamos, él desde allá nos anima, nos echa la bendición y nos invita a levantarnos, a seguir su lucha. Creo también que algún día lo volveré a ver, cuando me toque cruzar a la otra orilla. Adiós mi amigo… Honor y gloria a tu memoria, descansa en paz. «Lo único que llega con seguridad es la muerte». -Gabriel García Márquez.