A propósito del día de los padres

Por KATIUSKA SUAREZ

 

Padres buenos hay muchos, buenos padres hay pocos. No creo que haya cosa más difícil que ser un buen padre. En cambio no es difícil ser un padre bueno. Un corazón blando basta para ser un padre bueno; en cambio la voluntad más fuerte y la cabeza más clara son todavía poco para ser un buen padre.

El padre bueno quiere sin pensar, el buen padre piensa para querer. El buen padre dice que sí cuando es sí, y no cuando es no; el padre bueno sólo sabe decir que sí. El padre bueno hace del niño un pequeño dios que acaba en un pequeño demonio. El buen padre no hace ídolos; vive la presencia del único Dios.

El buen padre echa a volar la fantasía de su hijo dejándole crear un aeroplano con dos maderas viejas. El padre bueno se somete a la voluntad de su hijo ahorrándole esfuerzos y responsabilidades.

El buen padre templa el carácter del hijo llevándolo por el camino del deber y del trabajo. Y así, el padre bueno llega a la vejez decepcionado y tardíamente arrepentido, mientras el buen padre crece en años respetado, querido, y a la larga, comprendido.

El Papa Francisco ha dedicado una reflexión superlativa a la belleza de ser padres y el peligro de los papás ausentes.

Ha sido emblemático al percibir el mal que aflige a tantas familias: ¿Juegas con tus hijos?, ¿Visitas a tus padres enfermos o ancianos? ¿Escuchas a los adolescentes y jóvenes cuando te hablan? O ¿acaso eres un padre dedicado sólo al trabajo y te pierdes de lo esencial?

Pero, el Papa con maestría asimismo manifiesta la belleza de ser padres recordando que “también san José fue tentado de dejar a María, cuando descubrió que estaba embarazada”.

Aquí cito 7 consejos del Papa Francisco para ser mejores padres y crecer con tus hijos:

1. Un padre no quiere hijos iguales a sí mismo, sino hijos sabios y libres: “Seré feliz cada vez que te vea actuar con sabiduría, y me emocionaré cada vez que te escuche hablar con rectitud”.
“Y para que pudieras ser así (sabio), te enseñé lo que no sabías, corregí errores que no veías. Te hice sentir un afecto profundo y al mismo tiempo discreto”.

2. Rigor y firmeza, antes que complicidad y protección. Mejor padres incomprendidos que endebles. “Te di un testimonio de rigor y firmeza que tal vez no comprendías, cuando hubieses querido sólo complicidad y protección”.

“Un padre sabe bien lo que cuesta transmitir esta herencia: cuánta cercanía, cuánta dulzura y cuánta firmeza. Pero, cuánto consuelo y cuánta recompensa se recibe cuando los hijos rinden honor a esta herencia. Es una alegría que recompensa toda fatiga, que supera toda incomprensión y cura cada herida”.

3. Un padre presente en la familia, cercano a la esposa y sus hijos

Un padre presente en la familia: “que sea cercano a la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas. Y que sea cercano a los hijos en su crecimiento”

Un padre presente siempre: “cuando juegan y cuando tienen ocupaciones, cuando son despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando son taciturnos, cuando se lanzan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando vuelven a encontrar el camino”.

4. Un padre presente no es un padre controlador

Decir presente no es lo mismo que decir controlador. Porque los padres demasiado controladores anulan a los hijos, no los dejan crecer.

5. Un padre bueno es un padre paciente

El Papa recordó esa extraordinaria parábola llamada del «hijo pródigo», o mejor del «padre misericordioso». “Cuánta dignidad y cuánta ternura en la espera de ese padre que está en la puerta de casa esperando que el hijo regrese».

Los padres deben ser pacientes. Muchas veces no hay otra cosa que hacer más que esperar; rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad y misericordia.

6. Sabe perdonar y no humilla, pero tampoco es débil o complaciente

“Un buen padre sabe esperar y sabe perdonar desde el fondo del corazón. Cierto, sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente, sentimental. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin guardar nada para sí”.

7. El Padrenuestro vivido en la paternidad que soleva del fracaso

“Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden valentía y abandonan el campo. Pero los hijos necesitan encontrar un padre que los espera cuando regresan de sus fracasos. Harán de todo por no admitirlo, para no hacerlo ver, pero lo necesitan; y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de cerrar”.

Feliz día de los padres a todos los papás dominicanos. Que pasen un hermoso día junto a sus hijos. ¡Felicidades papá¡

 

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