A propósito del amor

 

POR CESAR AYBAR

 

 

Es mucho lo que se ha dicho y escrito sobre el amor. La historia de la humanidad está llena de páginas que versan sobre el amor, y sin embargo, la mayoría de las personas viven una vida marcada por el desamor, desamor de doble vía: desde ellos  hacia los demás y desde los demás hacia ellos mismos.

Por esta razón viven una vida vacía y llena de dolor, con alegrías efímeras provenientes de experiencias sensoriales relacionadas con el mundo exterior.  La gente concibe el amor como un sentimiento que les dará plenitud en la medida en que sus necesidades y demandas son satisfechas por la otra persona.

Pongamos el caso de cuando una persona se enamora de otra. Todo empieza por lo general por una atracción física, luego un acercamiento y un proceso de conocerse uno a otro.

Durante ese proceso, el cerebro elabora una serie de moléculas que hacen que la persona enamorada se sienta feliz y perciba todo lo de la otra persona como  perfecto y encantador, empezando a vivir un mundo  que les hace ver una realidad distorsionada, pero agradable a sus sentidos.

Durante la relación ambas personas sienten la necesidad de estar cerca y compartir tiempo debido a que quieren satisfacer su deseo de proximidad, porque esta proximidad les produce bienestar y placer. También quieren conocerse más para ver la conveniencia de profundizar la relación.

Vemos que todo lo que ha movido a esa pareja  de la que hablamos a acercase ha sido una necesidad de satisfacer en cada uno de ellos deseos y demandas. En ningún momento la fuerza impulsora que ha dado inicio a la relación ha sido la de entrega o la de dar para satisfacer la necesidad del otro.

Por eso, cuando ya ha pasado el tiempo, se casan y viven juntos y vienen las responsabilidades, los problemas, las finanzas, los hijos y demás situaciones propias de una familia, el asunto empieza a cambiar, ya no son tan perfectos el uno y el otro como ambos creían.

Entonces el desamor que parecía amor que unió a esa pareja empieza a salir a flote. Sé que se estarán preguntando: ¿Cuál desamor? El desamor de la incomprensión, el desamor de la apatía, el desamor de demandar, de exigir, el desamor de no servir, el desamor del desinterés, el desamor de la soledad.

Es desamor desde el principio, pero estaba escondido. El amor y el enamorarse son cosas diferentes. El proceso del enamoramiento es necesario como punto de partida para la formación de una familia, la atracción de una persona de un sexo por otra del otro sexo. Así lo diseñó Dios que es perfecto.

Lo ideal es que ese proceso se dé dentro de un ámbito en el que se haya asumido el amor como forma de vida, en ese caso, el enamoramiento hará posible que esas personas se conozcan y particularicen el amor, llevándolo a ser tan de ellos dos, que compartan intimidades sin temores y responsablemente.

Sé que se estarán preguntando: ¿Entonces, qué es el amor? En el antiguo griego existían varios términos para definir el amor, de acuerdo a la circunstancia, de esa manera, tenemos el amor como Eros, que es el sentimiento fundamentado en la atracción sexual.

El amor como Storagé que se refiere al afecto, especialmente el que se tiene a los miembros de la familia. El amor como Philía, que se refiere al amor fraternal, reciproco, amor condicional de tipo: “si tú me trata bien, yo te trato bien”.

Finalmente tenemos el amor como Ágape, que describe un amor de tipo incondicional, fundamentado en el comportamiento de los demás, independientemente de sus méritos, que no busca placer para sí mismo, sino que encuentra placer y deleite en dar,  es el amor de la elección deliberada.

En este artículo nos referimos al amor como Ágape. En el nuevo testamento, Jesús cuando se refirió al amor, lo hizo al amor como Ágape, debido a que es el amor que dura para siempre y que trasciende las dimensiones conocidas en este mundo. Ágape no es el amor, describe el comportamiento del amor.

La práctica de este amor trae como consecuencia una disminución extrema del egoísmo, por lo tanto, en vez de querer ser servidos, servimos, en vez de exigir satisfacciones, proporcionamos satisfacciones, en vez de querer que nos suplan nuestras necesidades, suplimos nosotros las de otros.

Si se asume ese estilo de vida de manera cotidiana, el enamoramiento sería simplemente un mecanismo de acercar a dos personas del sexo opuesto, para que profundicen y particularicen el amor y puedan formar una familia estable, no basada en las exigencias y demandas egoístas de cada parte de la pareja.

Por eso Jesús dijo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mt 22:39). Este mandamiento del amor es el que lleva a la perfección, pues amar al prójimo como a sí mismo es buscar siempre el bien de la otra persona, en la misma proporción que buscamos el nuestro.

También lleva a la plenitud, pues no depende de nada externo, sino que depende de cada persona en particular. Es el amor que te hace feliz para siempre, pues tu felicidad no dependerá del comportamiento de la otra persona, ni de que se cumplan expectativas formadas.

Es el amor que, si la sociedad lo asumiera, empezaría a caminar la senda de la perfección, con la consecuente disminución de todos los males que la caracterizan, con un mecanismo muy sencillo, basado en dar sin esperar recibir nada a cambio.

De ese modo, si todos nos ocupásemos de satisfacer las legítimas necesidades y no los deseos de nuestro prójimo, y así otros se ocupasen por suplir las nuestras, se formaría un círculo  virtuoso de bienestar generalizado, que alcanzaría a todas las personas que formen parte de esa Sociedad (el autor es empresario agroindustrial y fue reconocido como Pyme 2015).

 c.aybar@nikaybp.com

jpm

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Dr. Moyeja
Dr. Moyeja
8 Años hace

ete carajo se creyo que no lo ibamos reconoer,sabemos quien eres de donde provienes, que hacia y que haces ahora. antes de pintabas de comunista, pero como no te salio lo que esperabas ahora te la buscas como pastorcillo de esquina, por eso eres empresario, y de mabisero,ahora eres quimico en cuentos para embaucar pendejos….

NO MANCHES GUEY
NO MANCHES GUEY
8 Años hace

el amor de un mabisero al dinero…..eso no es amor…eso es ambicion desenfrenada….este ex-«comunista»….de mabisero a «evangelico»?????