La mision de Maria Gabriela Chávez

Tenemos en nuestras narices el último acto de las elites del planeta contra la insurrección de un pueblo digno y valiente que decidió transitar la senda de la autodeterminación; el chavismo atraviesa por uno de sus peores momentos, así lo afirmo porque es el momento donde el chavismo se va quedando sin pueblo, esa masa consciente que se identificó con la propuesta redentora del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías. 

El pueblo ya no está consumiendo las vocinglerías de los lideres bolivarianos, sus contradicciones y falta de humildad para aceptar los desmanes de un proceso histórico único que sin lugar a dudas amenazo el poderío de las pocas familias gobernantes.

No bastó con arrancarnos a Chávez, era necesaria la destrucción de su legado, para decirle al mundo, como de hecho lo están haciendo, que el socialismo del siglo 21 fue un desastre, para obligar a los pueblos a la esclavitud que nos impone el capitalismo inhumano, y proceder con su agenda infernal de construcción de una cultura luciferiana, cargada de inmoralidad y depravaciones. Es por ello que impusieron la sucesión de Chávez al actual Presidente Nicolás Maduro, un buen hombre mientras fue ministro de Hugo Chávez, pero la carga de sobrellevar un proceso tan complejo en medio de un campo minado de poderosos enemigos le ha quedado grande al principal colaborador del líder de la Revolución Bolivariana.

A veces los hombres cometen errores no porque quieran, sino porque sus capacidades no logran superar los desafíos que se le presentan en el camino. Lo he dicho, la táctica se va robando la esencia humana, las mentiras supuestamente justificadas para salvar el proceso histórico revolucionario más temprano que tarde terminan en contra de sus perpetradores, y miren que se han cometidos gravísimos errores, el secreto de las elites o mafias de poder no siempre funciona, y de ellos mismos salen las revelan para precipitar los eventos humanos.

El pueblo se cansa cuando sus supuestos líderes no marchan acorde a sus sufrimientos, en muchas ocasiones veo al Presidente Nicolás Maduro pidiéndole al pueblo su confianza absoluta, y ordenándoles que si llegara a ocurrir un golpe de estado, se lance a las calles a luchar por la Revolución. Carga sobre carga, y el pueblo cansado luce derrotado, no porque le falte coraje para luchar sino porque no ve un horizonte claro, carece de un liderazgo con el que se identifique para continuar su marcha.

En todo este panorama, tiene que surgir la verdad verdadera de muchos momentos oscuros para la Revolución, como fueron los últimos meses del Comandante Chávez en vida. Las mentiras han menguado el espíritu del pueblo, aunque las bocinas del gobierno se empecinen en presentar una realidad distinta. Tiene que surgir un nuevo liderazgo dentro de las filas revolucionarias, uno que despierte pasiones y credibilidad, confianza y esperanza en un mejor porvenir, alguien que le hable al pueblo con la verdad, que le de su vida entera a cambio de la felicidad y la unidad de todos los venezolanos y las venezolanas.

El tiempo es de reunir a todo un pueblo para levantar la bandera de la Fe, de la Esperanza y el Amor, Nicolás Maduro, aunque le duela esto, ha hecho todo cuanto ha podido, y El mismo debería de reflexionar sobre sí mismo, si fuera necesario traspasar su mando a alguien con mas dominio del momento que se está viviendo en la Venezuela de hoy, que razones de su ego personal no lo impidan.

Ante este escenario, surge la misión salvadora de María Gabriela Chávez, alguien que el mismo Comandante Chávez fue preparando en privado para encarnar grandes responsabilidades, de seguro que María Gabriela Chávez sabe a lo que me refiero, su vida dejo de ser una vida egoísta, se debe al sentimiento de su pueblo, en lo callado está sufriendo lo inimaginable, procurando ser fuerte, oportuna  e inteligente para su pueblo. Ella sabe que la única forma de reencontrase con su Padre Amado es recorriendo el mismo camino que su Padre recorrió: El de la entrega absoluta a la causa de la Patria y la Humanidad.

Esos cielos la esperan para continuar la obra inconclusa de nuestros Próceres, para blindar el legado de su papa y proteger al pueblo de Venezuela del dolor más espantoso que le han preparado las elites del planeta. Y sepa ella, que no estará sola en esa trascendental misión de salvación,  un ejército divino la acompañará para esa grandiosa labor, porque no retrocederemos y demostraremos que el DIABLO no se saldrá con las suyas, la emancipación del espíritu humano hará posible la instauración de un reino verdadero de justicia y paz.

Que Viva María Gabriela Chávez!!!

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