La esclavitud social, un modo de liberarnos
POR ANIBAL CORCINO M.
Siempre que puedo, me siento y hago algunas retrospectivas en busca de respuestas a cosas que parecen no tenerlas. En este caso me place recordar los tiempos de mis abuelos, cuando se vivía con solo dos camisas de salir y algunas remuas para la casa, vivían sin gas propano, sin energía eléctrica, sin internet, sin cable, sin autos, sin celular, porque no le era tan necesario y esto a su vez se reflejaba en una vida más tranquila, de menos preocupaciones.
También se visualizaba, pocas enfermedades como cáncer, estrés, gastritis, ansiedad entre otras enfermedades que hoy son comunes en la población. Veíamos un espacio creado donde vivir era la meta más importante, si vivir era la meta más importante.
A diferencia de aquellos tiempos (cuarenta años atrás), he visto como una cantidad de amigos y personas cuya vida se encuentra agobiada por problemas e intranquilidades, no entienden el por qué la vida hoy es más complicada si tenemos más facilidades; sin embargo, al analizar la situación y después de largos ratos de conversación observamos los mismos elementos comunes, los problemas monetarios y su implicación en las relaciones personales.
Buscando un poco más el por qué, un porcentaje tan alto de la población está en dificultades de diferentes tipos, por qué se ven tan agobiadas y agresivas las personas y como el ser humano hoy solo ve por lo monetario tal como si fuera este un mal común.
Todo parece, que en cuanto a lo monetario el ser humano se ha rodeado de una cantidad de necesidades perennes que cada día le esclavizan más y más, el internet, la energía eléctrica, el vehículo, el combustible, el cable, la televisión, el celular, la ropa nueva, la moda, el gas para el hogar, seguro médico, y otros como las facilidades de créditos, algo negativo cuando se usa para pagar más deudas.
Todos estos gastos continuos, frente a una economía tan difícil, donde el dinero es tan embarazoso de conseguir, parece que le han creado al ser humano un gasto superior a sus necesidades diarias, algo que se debe cubrir a como dé lugar, provocando que se agobie en deudas y compromisos que le quitan su tranquilidad.
El ser humano se ha convertido en un esclavo del sistema, obligado a trabajar para suplir necesidades que no terminan jamás y que hacen más rico a un pequeño grupo, aumentan sus compromisos cada día, más no así sus ingresos.
Esta carrera de ratas por sostenerse y mantenerse hace que la vida sea muy corta, si nos damos cuenta desde el momento en que dejamos de ser niños e iniciamos a tener responsabilidades, los compromisos cada día se aumentan, pasando el tiempo y cuando miramos atrás ya tenemos hasta 50 años o más en la misma lucha por sobrevivir y cubrir esas necesidades que al progresar se hacen mayores.
Parecemos esclavos del sistema y el gran problema no es saberlo, es poder tomar la decisión de liberarnos, porque esto implica deshacernos de la necesidad de ser, de tener, de suplir expectativas ajenas, superar al amigo, compañero o familiar que muestra desarrollo. Dejar atrás nuestro ego personal para vivir de forma natural.
Tal parece, que esta falta de recursos para suplir las necesidades que ya son comunes, afecta grandemente las relaciones personales, crean la infidelidad, la ansiedad, la depresión, la envidia y los malos sentimientos sobre aquellos que se esfuerzan sobremanera para hasta por las redes vender vidas ficticias.
Esta falta de recursos económicos y la necesidad de ser, genera estrés en las parejas, distanciamiento de la familia por causa del trabajo obligatorio, hace que el interés por los demás sea cada vez menos y parece crear un egocentrismo humano, donde solo importa el dinero, dejando atrás la caridad hacia el ser humano y donde solo importa el yo.
La vida en Cristo Jesús ha demostrado ser el remedio infalible para hacer frente a todos lo anterior, en Cristo Jesús únicamente no encontramos reposo terrenal, sino también la esperanza de una vida eterna libre de preocupaciones y estrés.
Sé que depender de Cristo no es tan sencillo, pero lo es si buscamos depender de algo que no conocemos, por lo que te invito conocer a Cristo y buscar en él las respuestas a interrogantes cómo ¿Está usted dispuesto a liberarse de esta esclavitud? ¿Está usted dispuesto a volver a lo básico y dejar atrás las comodidades que nos brinda el sistema hoy día? ¿Es posible una mejor vida terrenal sin afectar la calidad de vida moderna?
Invito a detenernos un minuto y empezar a establecer prioridades en nuestras vidas, prioridades como vivir, que es más que existir. Prioridades como la existencia natural de Cristo en nuestras vidas, Dios como algo más allá de los paradigmas sociales establecidos cada año por conveniencia de quienes negocian con nuestra existencia terrenal.
jpm-am
muy buena reflexión mi querido amigo…nos hemos convertido en esclavos de cosas vana solo la verdad los hará libres. como dijo el gran maestro. juan 8.32
excelente artí**** querido amigo aniba, te invito a que continúe impirandote para que nos sigas dando contenido de valores como siempre lo hace.