OPINION: De músicos, güireros y Récords mundiales

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En las noches mágicas de la vida en la frontera, en la parte más distante de la Línea Noroeste, me perdía por momentos en dilatados estados de abstracción, persiguiendo los sonidos del entorno, tratando de identificar y clasificar sus procedencias. El repetitivo canto del Cucú, el eterno y enloquecedor rechinar de los élitros de la chicharra, el ulular, para algunos siniestro y premonitorio, de la inofensiva lechuza, a su paso por encima del techo de zinc de nuestra vieja casona familiar y el destemplado canto de la ‘rana toro’, con su aspecto abotargado, deambulando entre la hojarasca del patio y clamando, quizás por lluvias o por compañía, me permitían disipar ocasionales momentos de soledad que disfrutaba a plenitud, al tiempo de evocar viejas glorias y añoranzas, de esas que se llevan siempre a cuestas, como el cordón umbilical de marras, que una vez fue enterrado en lo más profundo del patio para mantener,  de manera indisoluble, la fidelidad con el terruño amado.

 

EL AUTOR es escritor e investigador histórico. Reside en Santo Domingo.

Cerrando por momentos los ojos, poniendo la mente en blanco y aguzando el oído, podía escuchar también los frenéticos acordes de zafarranchos, merengues típicos y bochinches, de esos que se suceden a diario, sin excusa ni razón, en nuestra dinámica región de enfebrecidos hombres y enloquecedoras mujeres: Tan solo para saber que estás vivo!

 

El repique alucinante de la tambora, en sucesión alternada de golpes con la mano y el palito, sacando altisonantes ecos del cuero de lo que una vez fue chivo o chiva, junto a los acordes del acordeón, con sus pegajosas y electrizantes notas que remueven el alma y nos dejan envueltos en una melancólica sensación de gusto y dolor, se difuminan en el vasto espacio exterior, poblado de estrellas, grillos y ‘animitas’, contagiando el alma y haciendo vibrar las más profundas fibras del sentimiento.

Y por encima del concierto que nos brinda en el entorno el amasijo de la ruidosa velada, con la vocinglería levantada por los fiesteros ‘sacando brillo a la hebilla’ en medio de la pista, junto al afán de los virtuosos ejecutantes – pendientes, a la par, tanto de mantener el ritmo como de que no se les termine el trago-, permanece encendido y sin perder la secuencia el rasgueo de la Güira, un instrumento artesanal de la más baja extracción social, en el que, en gran medida, descansa la armonía, la conducción sostenida, la destreza y la elegancia  de un buen merengue, ya sea en su modalidad típica o ‘merengue liniero’, en versión refinada, al estilo de las reputadas orquestas folklóricas o, más recientemente, del denominado ‘merengue de calle’ o cualquier otra de las denominaciones con que se le conoce, hoy día.

Al tiempo de escuchar, en lontananza, el electrizante sonido provocado por el rasgueo del peine al rozar de manera incesante y sistemática en el dorso de la pieza de metal surcada de infinitas incisiones a manera de guayo, podemos entender de dónde proviene esa magia arrobadora, que penetra por las plantas de los pies, domina la totalidad del cuerpo y nos arrastra envueltos en esas poderosas convulsiones cargadas de sensualidad que le dan razón de ser al merengue y que, a lo largo de los tiempos ha llevado este ritmo a posicionarse como nuestra más atrayente oferta folklórica, no solo en el ámbito de la República Dominicana sino en varios puntos a través del orbe.

 

Y mientras me debatía entre la posibilidad de unirme al bullicioso fandango o seguir disfrutando en silencio las cimbreantes notas que me llegaban en toda su pureza transportadas por las amistosas ondas del viento, reflexionaba sobre cuán equivocado estuvo aquel viejo zorro de la política nuestra, maestro de muchas generaciones de dominicanos y ejemplo de honestidad en el manejo de la cosa pública, cuando llegó al colmo de decir que el güirero no es músico!, en un arranque de sectarismo del momento y la intolerancia propia de su inflexible personalidad.

 

Evocando aquellos días de apacible estadía en los predios rurales, envuelto en las bullangueras festividades en las que mi gente se sumerge de continuo para celebrar la vida en armonía y reforzar  los lazos fraternos y solidarios que caracterizan a la gente buena de la frontera dominicana, y mientras me encuentro de paso por la urbe neoyorquina, he dado en coincidir con un activista cultural de vieja data al que me unen entrañables recuerdos y viejas banderas de luchas, muchas de las cuales aun mantienen su vigencia.

 

De sus afanes por promover, tanto en nuestra patria como en Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos, México  y otros lares, la riqueza y vistosidad de nuestro folklor y de manera especial, nuestro Carnaval, puedo hablar a conciencia, porque he seguido de cerca sus trabajos y aportes y le he acompañado en varias de esas divinas locuras en las que a diario se enrumba. Una de las más recientes lo fue la elaboración del ‘Mangú más grande del mundo’, exquisito aporte de la gastronomía dominicana con la que el amigo de marras puso a disfrutar y paladear a miles de comensales de la ciudad de New York, en años recientes y con lo que, de ñapa, obtuvo el logro del Record Guinnes, en materia de aporte cultural gastronómico.

 

Y ya que de divinas locuras hablamos, permítaseme decir que, en esta ocasión, el amigo y hermano en cuestión, Isaías Amaro, –Santiaguero del sector de Pueblo Nuevo, por demás-, viene dando los pasos para la realización del FESTIVAL MUNDIAL DE LA GUIRA 2018, que tiene como objeticos centrales:

 

-Elaborar la güira más grande del mundo, con la finalidad de que sea inscrita en el libro de Records Mundiales Guinnes,

 

-Producir un multitudinario encuentro de 300 ejecutantes de güira, el 26 de agosto de este año, rasgando de manera armónica su áspera estructura por determinado periodo de tiempo, mientras 500 parejas de bailadores de merengue siguen sus acompasados acordes, por espacio de una hora. En la ocasión, se contará con un programa musical en homenaje al ‘Rey del Merengue’ Joseito Mateo, recientemente fallecido, y los pimentosos merengues que este vocalizaba.

 

A tales fines, desde ya se trabaja de manera intensa y organizada en la elaboración de la voluminosa güira, al tiempo que se llevan a cabo unos ilustrativos talleres para enseñar a fabricar y tocar el instrumento a los entusiastas miembros de la comunidad dominicana que se muestren interesados.

 

A tono con su estilo, el emprendedor activista cultural ha reunido junto a él a toda suerte de finos exponentes en la ejecución de la güira y otros instrumentos que forman parte de la estructura básica del merengue, algunos residentes en la urbe y otros puntos de los Estados Unidos y otros que han venido a reforzar la actividad, provenientes desde Quisqueya, en aras de que el espectáculo esté revestido de la calidad y profesionalidad que se merece, para gloria de nuestro ritmo folklórico por excelencia y de la cultura dominicana en general.

 

De igual forma, el habilidoso Isaías ha sabido granjearse el apoyo de diversas personalidades de los medios de comunicación, el quehacer socio-cultural, entidades comunitarias, establecimientos de diversión y empresarios de gran influencia y sólido prestigio en el seno de la población inmigrante dominicana, a fin de que la actividad cuente con el patrocinio y el apoyo logístico que corresponde a una iniciativa de tanta relevancia como la que nos ocupa.

 

De lo anterior se puede colegir que en todo el curso de este verano y  hasta finales del mes de agosto 2018 las comunidades del Alto Manhattan, constituido de manera principal por las barriadas de Washington Heights e Inwood, estarán  inmersas en el aprendizaje y ejecución de las notas vibrantes de nuestra orgullosa y representativa güira, poniendo en alto nuestro folklore, nuestras raíces y dominicanidad.

 

Pienso que debemos asumir esta descollante iniciativa como un compromiso de todos, por lo que cada dominicano que reside en la Gran Manzana debe dar un paso al frente y aunar esfuerzos para que este logro sea una hermosa realidad.

 

Junto a Isaías Amaro, vamos a guayar la güira hasta que se escuche en el firmamento y lograremos romper el record Guinnes, para gloria de todos los dominicanos!

of-am

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