40 años del Acuerdo de Santiago

Probablemente algunos no recuerden que en 1974, hace ya 40 años, se conformó el Acuerdo de Santiago para enfrentar los intentos reeleccionistas de Balaguer. Era la época de los 12 años. Peña Gómez inició contactos con algunos partidos, entre ellos el original PRSC, PQD, MPD, MIDA y grupos independientes como los que hoy se llaman Sociedad Civil. Luego de varias reuniones se concretó el Acuerdo; sin embargo, como consecuencia de dicho movimiento unitario, surgieron varias propuestas de candidatos presidenciales. Unos propugnaban por un extra partido, y otros que fuese un dirigente del PRD o del Acuerdo. Los propulsores del extra partido, entre los que habían perredeístas y no alineados, basaban su tesis en que solo una persona independiente tenía posibilidades de enfrentarse exitosamente al régimen de Balaguer, para lo cual comenzaron a bailotear nombres de los llamados presidenciables: Empresarios, banqueros, ex rectores, Directores de Medios y hasta Obispos. Entre los que más se mencionaron estaban: Luis Amiama Tió y Rafael Herrera. Mientras por el otro lado, la corriente que entendía que debía ser un dirigente del PRD o del Acuerdo, trataba de imponer su tesis. Entre los candidatos perredeístas que se mencionaban, estaban: Antonio Guzmán, José Delio Guzmán, Marcio Mejía-Ricart, J. R. Abinader, Fernández Mármol, y del MIDA Augusto Lora. Para esa fecha no habían surgido con aspiraciones definidas, Jacobo Majluta, Salvador Jorge Blanco ni el propio Peña Gómez. Peña Gómez había expresado en varias ocasiones que todavía no podía presentarse como candidato, mucho menos frente a Balaguer, porque los sectores conservadores tenían demasiadas influencias y el militarismo mantenía una actitud ultra conservadora y apegada a la obediencia política del régimen, además de otros poderes que influían en la zona. Pero la indecisión en la escogencia de un candidato, en cierto modo provocó situaciones especiales o difíciles que atentaban contra el propio Acuerdo de Santiago. Ante ese vía crucis de indecisiones para definir el candidato, que como dije antes, provocó situaciones de tira y hala cruciales, y la necesidad de mantener aglutinados a los partidos aliados, se produjo una coincidencia de objetivos entre dirigentes perredeístas y Socialcristianos, específicamente: Jacobo Majluta, Hatuey Decamps, Guido Dalessandro y quien esto escribe, lo que le fue planteado Peña Gómez en una reunión especial, para que impusiéramos a Don Antonio Guzmán como candidato por el Acuerdo de Santiago y ponerle fin a los cabildeos. Y así sucedió. Sin embargo, nunca se ha dicho que a partir de la designación de Guzmán y descartarse cualquier otro candidato, la participación de algunos sectores comenzó a ser más tibia, para no decir fría. El Acuerdo se retiró de las elecciones generales y Balaguer se mantuvo 4 años más. La moraleja de esto que narro es que, para que un grupo de partidos y sectores de la sociedad civil puedan ponerse de acuerdo en un proyecto electoral con posibilidades, primero deben seleccionar su candidato presidencial, porque en un país presidencialista como el nuestro, la indefinición confunde y enfría sectores. tabasa1@hotmail.com

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