15 de Mayo: fecha, drama y el olvido
El próximo Domingo 15 de Mayo del 2016 no habrá ni espacio ni tiempo para los dominicanos, que no sea pensar y participar en las votaciones presidenciales, es un día decisivo y el pueblo pondrá toda su atención en la escogencia del hombre que tomará en sus manos las riendas y el destino del país.
Sin embargo, es nuestro deber como cronista del pasado, destacar que esa fecha tiene crucial significado en términos de lo que culturalmente hoy somos a consecuencia de un hecho histórico que ocurrió precisamente el 15 de Mayo en el año 1916.
Se cumple un siglo en que fue tomada la capital y sus cuarteles por las fuerzas invasoras; aquel dia los puntos estratégicos y las calles de la ciudad Primada de América fueron patrulladas por soldados con botas y bayonetas de aire exótico.
Los textos de historia tradicional exponen datos conflictivos en torno a los eventos de aquel día, que alcanza los cien años, pero una revisión a la correspondencia desde la Legación de Estados Unidos en Santo Domingo para esa fecha despeja las dudas sobre las inexactitudes propagadas a través del proceso que siguió a la intervención y sus consecuencias posteriores.
Inicialmente las tropas habían desembarcado el 4 de Mayo, 200 soldados se apostaron en el fuerte San Gerónimo y una patrulla fue colocada en la zona colonial donde se hallaba la sede de la Embajada de Estados Unidos para protegerla. La acción fue debido a que por diferencias políticas entre el Presidente Jimenes el Ministro de Guerra y Marina Desiderio Arias, éste se había declarado en en rebeldia dentro de la Fortaleza Ozama.
Jimenes era en lo legal el Presidente de la República , pero el general Arias se constituyó en el líder militar y caudillo de multitudes, además su tendencia dominaba las cámaras del Congreso dominicano. Por su parte los comandantes de los marines negociaban con los amotinados desde el buque USS Dolphin, en un ir y venir hasta el 13 de Mayo a las 11:50 a.m. cuando el vicealmirante William Caperton hizo publico un supuesto ultimatum para los amotinados y según el contenido del diario de campaña del coronel Joseph Pendleton, los expedicionarios y el Embajador William Russell firmaron un acuerdo con Desiderio Arias para que desalojara la plaza y marchara a Santiago a entregar las armas, como de hecho sucedió.
Resulta curioso, que contrario a otros lideres rebeldes, el general Arias fuera confinado y protegido en una finca productora de tabaco de la provincia de Santiago y que allí sobreviviera la intensa persecución durante los ocho años de ocupación contra todo el que se oponia a la presencia de los marines. El diario de campaña del coronel Pendleton destapa la caja de pandoras sobre su relación con el general Arias durante el tiempo que permaneció como jefe de las tropas de ocupación en la zona del Cibao, periodo en el que ambos cultivaron una estrecha amistad.
JPM
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